Después de 10 horas de viaje por carreteras rotas, donde han tenido que cruzar ríos y andar en el tramo final los 43 participantes de la Everest Trail Race han llegado al frío campamento de Patale, a 2.800m de altitud en el Solukhumbu. Al llegar han recibido los spots, la tienda de campaña y se han puesto a cobijo dentro de la tienda comedor para poder charlar de lo que les espera los próximos días hasta la hora de cenar. Mañana empezarán un viaje espiritual y deportivo por las montañas del Himalaya. La naturaleza como un paciente escultor ha moldeado a lo largo de miles de años el lugar más bonito del mundo para poder celebrar una carrera de montaña.
Las condiciones del trazado son altamente técnicas, con muchísimo barro, agua, polvo y piedras. Se ha trabajado a conciencia en algunas zonas donde ha habido que podar a mano cerca de 2 km de vegetación que escondía el camino por el que tendrán que pasar los participantes. El motivo era el que quería la organización: zonas no transitadas, fuera de las rutas turísticas durante las 4 primeras etapas en este reto para los participantes y también para la dirección de carrera. La meteorología también es protagonista ya que hay que sumarle un monzón intensísimo, que este año que se ha llevado por delante algunos de los puentes del recorrido.
Hoy se desarrolla la primera etapa entre Patale y Dimise-Chorten Digma con 25 km de recorrido y 3.625m de desnivel acumulado. La Everest Trail Race by The Elements va a tener 170 km con 26.000 metros de desnivel acumulado. Serán 12 km más de distancia que las anteriores ediciones y 500 metros más de desnivel. Los datos como siempre dan respeto: 13.500 metros positivos y el techo de la carrera estará en los 4.104 metros de altitud.