Muchos os preguntaréis cómo nació The Speed Project Atacama. Pues bien, al contrario de muchas carreras nació de manera clandestina en los Estados Unidos, y en donde su inscripción no es garantía segura para todo corredor que quiera participar ya que son los organizadores de la carrera quienes a través de un mensaje te seleccionan. El recorrido que ha alcanzado actualmente la organización de la carrera es paralelo a los kilómetros que supone, pues ya llevan diez años organizando este tipo de eventos, y en el que por segundo año tengo la suerte, quizá para algunos no, de poder participar, pero esta vez cambiando la modalidad a Solo runners en donde es un único corredor el que realiza toda la distancia.
Además de estas modalidades existen también, el equipo formado por seis chicas, freestyle, y la original, un equipo formado por dos chicas y cuatro chicos, y en donde participé en el 2022 junto a mi equipo, el Urban Running Team. La experiencia fue tan intensa que cambió por completo la forma en la que concebía el running, pasé de competir por medallas y marcas a buscar experiencias auténticas a través de este deporte.
En esta nueva edición la carrera se traslada a Chile, concretamente el desierto de Atacama, cruzándolo desde la ciudad costera de Iquique hasta San Pedro de Atacama terreno aún más desafiante que el recorrido original de Los Ángeles a Las Vegas. Cierto es que los kilómetros de la carrera los realizaré de manera individual, pero esto no quiere decir que vaya a estar solo pues contaré con el apoyo de mi compañero Borja de trabajo encargado de llevar la furgoneta y proporcionarme soporte durante la carrera, así como la empresa donde trabajo, Be Urban Running y las marcas On Running y 226ers que han confiado en mi desde el principio para llevar a cabo lo que muchos han calificado de locura.
Una locura que, a pesar de las preocupaciones de mi familia y amigos, estoy decidido a enfrentar, pues como tantas veces digo, “la vida sería muy aburrida sin hacer estas locuras”. Además, a medida que han ido avanzando los entrenamientos he comprendido que la inscripción es un compromiso que no podía romper independientemente de las dificultades que encontrase en el camino. Es por ello que durante estos meses he dedicado mucho tiempo de preparación y esfuerzo para poder enfrentarme de la manera más óptima a los 490 km. Pero esto no es todo, a estos kilómetros hay que sumarle los 6.000 metros de desnivel y enfrentando altitudes de hasta 3.400 metros sobre el nivel del mar.
Quiero destacar también que, durante la preparación he recibido diferentes consejos como los de Vicente Juan, un experimentado ultrafondista, para obtener consejos sobre cómo entrenar para un desafío de esta magnitud, o los de mi compañera Manuela quien participó en el equipo en The Speed Project en Estados Unidos, y que me recomendó la comida liofilizada calentable, que es compacta y fácil de preparar.
A pesar de la dureza de la carrera y la competencia que enfrentaré, considero que estoy listo para lo que pueda pasar, afrontando esta experiencia como un desafío personal de superar el desierto y encontrarse a mí mismo. Para mí, las carreras como estas son una metáfora de la vida, con momentos de felicidad y momentos en los que parece insoportable. Pero en última instancia, se trata de enfrentar esos desafíos y no rendirse.
A partir del próximo 20 de noviembre a las 4 de la mañana hora chilena, estaremos pendientes a la cuenta de Instagram de The Speed Project y de Alberto Navarro (@albertodina) para seguirle en su aventura por el desierto de Atacama.
“Porque al final de todo, no es solo correr, sino las experiencias que logras y luchas con este deporte que sentado en el sofá nunca conseguirías vivirlas”.
Texto: Alberto Navarro