Sostenibilidad en nuestra práctica deportiva

El 2020 fue un año que pocos nos hubiéramos podido imaginar que se convirtiera en un año tan atípico. Este año ha ayudado a muchas personas a reflexionar un poco más acerca de varios aspectos en su vida. En mi caso, me ha ayudado a pensar un poco más si la forma de pensar y actuar que tenía estaba en sintonía. Todo este tiempo me ayudó a ver que algunos aspectos no lo estaban y con ello buscar poder ser lo más coherente posible. Si bien es cierto que hay muchos aspectos en que pensar a nivel personal quería enfocarme en el aspecto deportivo. El deporte es una pieza muy importante y fundamental en mi día a día como para muchas personas, podría afirmar que mi vida gira alrededor de ello, es algo que me motiva y me hace muy feliz.

Durante los últimos años me surgieron varias preguntas acerca de cómo ser coherente en mi forma de pensar y actuar al momento de practicar los deportes que se encuentran en mi rutina diaria. Comparto desde mi experiencia personal en la que incluyo tres principales temas de como he podido agregar ciertos cambios progresivamente con la idea de poder reducir el impacto que generamos en nuestro planeta.

 

Práctica deportiva

Durante muchos años he tratado de adaptarme a lo que tenía cerca de casa para practicar deporte, opciones como: nadar en aguas abiertas, correr en asfalto, correr en montaña, hacer ciclismo de montaña o de ruta eran las alternativas que tenía siempre al despertar. Con el pasar del tiempo siempre había oportunidades nuevas para intentar algo nuevo e incursionar en un nuevo deporte que podía llamar mi atención y pensaba un poco en todo lo que esto merecía.

Actualmente vivo en Annecy, Francia, esta es una ciudad rodeada por montañas de entre mil y dos mil quinientos metros de altura y un lago con una distancia de cerca de veinte kilómetros de longitud. Cada estación permite la práctica de distintos deportes en los alrededores, todo cambia cuando llega la nieve y los deportes de invierno empiezan a revivir con las primeras nevadas en las montañas. La ciudad es ideal para la práctica deportiva, en lo personal me permite salir de casa dar unos pasos y comenzar con el entrenamiento, ya sea yendo a la montaña o en el asfalto. Por muchos años estuve movilizándome varios kilómetros en automóvil o en bus para poder llegar a algún lugar que consideraba propicio para la práctica deportiva que quería realizar. Al comienzo lo tomaba como un hecho que tenía que hacerlo y luego fui interiorizando que lo mejor era poder movilizarme en bicicleta para poder llegar a estos lugares si era lo que realmente quería. Es una decisión complicada muchas veces uno está cansado y luego de un largo día de entrenamiento lo que menos quiere es tener que regresar a casa pedaleando por media hora o cuarenta minutos, muchas veces con el frío y la lluvia acompañando el trayecto. Al final del día todo pasa y la tranquilidad que uno tiene de pensar que está haciendo las cosas correctas calman el cansancio y las noches frías.

Hoy en día trato que el noventa o noventa y cinco por ciento de mis entrenamientos comiencen desde la puerta de casa, esto muchas veces limita los lugares que uno puede llegar o estar, sé que muchas personas viven lejos o en lugares no tan seguros para la práctica deportiva desde la puerta de casa, pero creo que es algo que todos debemos reflexionar y buscar reducir las movilizaciones que puedan generar un impacto hacia los lugares de entrenamiento, al final cada día cuenta y cada día que puedas hacerlo será por el bien de todos.

 

Movilización, competencias y viajes

En el 2011, cuando terminé el colegio tenía la posibilidad de comprar un automóvil para poder movilizarme en la ciudad, ir a las clases de universidad y al trabajo (algo que muchos compañeros hicieron). En mi caso, lo primero que hice fue comprarme una bicicleta con la finalidad de ir diariamente a la universidad y trabajo. Manejaba una media de entre cien a ciento cincuenta kilómetros en la semana, mirando hacia atrás es algo que con el tiempo he aprendido a valorar más y poder tener ese hábito de poder usarlo siempre como medio de transporte. Luego de nueve años puedo decir que este sigue siendo mi principal medio de transporte el cual me ahorra tiempo, dinero y me permite disfrutar de andar en bicicleta uno de mis placeres en la vida. Hace cuatro meses comencé a estudiar una especialización en esta ciudad y no he subido a ningún autobús, ha habido muchos días con frío intenso y llovizna, pero eso no ha parado mis ganas de subirme a la bicicleta y rodar los kilómetros necesarios para llegar a mi lugar de destino.

En los últimos años había viajado mucho de país en país con la finalidad de participar en diversas competencias, muchas veces eran viajes de más de cinco horas en avión lo cual en el largo plazo no es sostenible. Si la finalidad era por colgarme un dorsal y competir en una carrera de renombre o de buen nivel considero que esta no es la mejor excusa para hacerlo frecuentemente. En el segundo semestre de este año pude participar en dos competencias que quedaban muy cerca de casa y yendo con un grupo de amigos a ambas, una a unos ciento cincuenta kilómetros de casa y la otra a cincuenta kilómetros. Hace unas semanas estuve revisando algunas carreras que van confirmando fechas para el próximo año, los filtros que aplicaba era que sean cerca de casa y si era mejor dentro del país. No quisiera cerrar la posibilidad de tener que hacer uno o dos viajes largos al año, pero creo que esto sería todo y empezar cada vez más aprovechar las carreras locales.

En las vacaciones de finales de verano de este año visité a unos amigos que no veía hace mucho tiempo. Tenía la opción de ir en auto o en tren y hacer el viaje un poco más rápido y corto pero esta vez opte por otra opción. Cargue la bicicleta con dos mochilas de viaje una delante y otra trasera, las cargue un poco de ropa y otros artículos personales. Al fin del viaje pude realizar un recorrido de poco más de quinientos kilómetros por los Alpes en tres días. Fue una experiencia increíble, poder estar movilizándome con mi transporte favorito. Unos días fueron largos, fríos, pero al final del viaje por suerte me esperaban mis amigos con un poco de comida y una ducha caliente. Seguramente será algo que realizaré más seguido cuando el tiempo lo permita y poder aprovechar en ir un poco más lento mientras viajamos con la finalidad de disfrutar más del paisaje y de esos lugares que por lo general no visitaríamos.

Reduciendo la compra de material para la práctica deportiva

Cada temporada todas las marcas deportivas tienen nuevos lanzamientos, nuevas tecnologías, nuevo equipamiento, nuevos colores y nuevos productos. Por lo general, muchos estamos expuestos a una saturación de contenido e información en diferentes medios. Es cierto que este contenido muchas veces nos inspira o motiva a salir de casa y practicar lo que nos apasiona lo cual es muy valioso. Pero pienso que siempre que se nos presente la posibilidad de realizar una compra deberíamos cuestionarnos siempre antes de finalizarla, pensando si es algo que realmente necesitamos. Por mucho tiempo estuve comprando material con la finalidad de probarlo y saber un poco más de lo “nuevo” que venía en el mercado, con el tiempo me di cuenta que bastaba con tener lo esencial para poder entrenar. Recurrí a mercados de segunda mano para vender las cosas que tenía y también a ONG con la finalidad de que alguien más pudiera aprovecharla.

Hace unos años buscaba tener varios cambios de ropa y varios pares de zapatillas para poder entrenar, lo cual no hace sentido cuando puedo volver a usar mucha de esta ropa al día siguiente y lavarla luego de unos días. A veces resulta ser un poco complicado, ya que soy de los que normalmente entrena los siete días de la semana y algunos días en dos sesiones. Con el tiempo priorice la calidad y duración de una prenda deportiva en vez de la performance que podía tener, muchas de estas prendas que son enfocadas en performance duran muy poco y luego de un tiempo no se encuentran en el mejor estado para poder seguir dándoles el uso inicial. Considero que esta en nosotros como usuarios priorizar las compras que realizamos y poder transmitir nuestro sentir a las marcas con la finalidad de que performance y duración se junten y formen un producto final. Hoy en día todo tiende a la especialización lo cual me hace pensar que cada vez la versatilidad se está dejando de lado lo que induce a las personas a optar por lo especializado que se puede traducir en muchos pares de zapatillas y prendas que estarán en nuestro armario.

Con el tiempo me he dado cuenta que si nos proponemos cambiar ciertos aspectos en nuestra vida y poder volverlos un hábito podremos ser un poco más conscientes con nuestra forma de actuar y pensar. Los cambios no son fáciles y adaptarnos a ellos es todo un proceso, comenzar con pequeños pasos nos van a ayudar a lograr estos objetivos que nos podemos poner. En mi caso, trato de aplicarlo cada vez más en mi vida sabiendo que muchas veces va ser un poco complicado de hacerlo, pero otras veces no. Esto no sólo se puede aplicar al deporte, si no a muchos aspectos en nuestra vida, quizás sea momento de revisar en nuestro día a día y ver que podemos mejorar con la finalidad de construir un mundo mejor con nuestras acciones y reducir nuestro impacto en el tiempo.

 

Andrés Olivera es trailrunner y Director de Carrera de la Ultra Trail Cordillera Blanca. Actualmente cursa Sports Marketing en Annecy. «Creo en el deporte como una herramienta para construir una sociedad con valores y que  esto genere actores que lideren un cambio positivo en sus comunidades.»