A las 07:00 en punto se dio la salida a la primera edición de la Mariren Kobak Trail en el barrio de Urigoiti a las faldas del Gorbeia bajo una lluvia persistente. Climatología propia de Euskal Herria que creó el patio de juegos perfecto para unir la aventura con la mitología vasca y el misticismo.
Los 21 participantes que tomaron la salida llegaron en seguida a la cueva Supelegor en la que tenían esperando a la mismísima Mari y Basajaun. Y ya en el primer punto de asistencia permitida, el puerto de Barazar, llego el grupo de tres participantes en cabeza; en el iban el bizkaitarra Pablo Angulo, el castellonense Ruben Marc Cano y el guipuzcoano Iker Karrera. A escasos 5 minutos, llego el segundo grupo con la veterana Uxue Fraile, y los benjamines de la aventura Olatz Azazeta y Jon Artetxe. Esta fue la dinámica de la aventura, distintos grupos en los que los y las participantes compartieron aventura y risas.
En la segunda cueva ya por el parque natural de Anboto, en la cueva de Ezkilar, les estaban esperando los Galtzagorris con la segunda piedra para entregarles a los y las 18 participantes que llegaron hasta ese punto.
Sólo 6 participantes consiguieron pasar el último punto de asistencia con tiempo suficiente para afrontar la última gran subida y bajada a meta. Por el viento y el mal tiempo que hacía, la organización cambio la cueva de Aketegi (con difícil acceso) por la cima de Aketegi. El primer grupo de tres corredores llego a dicha cima, pero cada uno tomó un camino distinto para bajar. El corredor y raider de Berango, Pablo Angulo, fue el que más arriesgo en la bajada y consiguió llegar a la meta situada en la plaza de Zegama en 11 horas 30 minutos y haciendo 83kms, el único que llego dentro de las 12 horas dispuestas por la organización.
Una vez en meta el bizkaitarra comentó que “mezclaba un poco el tema de la orientación y las carreras de montaña le daba un punto diferente a la carrera” y todo ello por los principales parques naturales que hay por Euskadi.
El segundo en línea de meta, el corredor Ruben Marc Cano de Castellón, necesitó un total de 12 horas y 9 minutos e hizo 85kms en total. El corredor de Amezketa, Iker Karrera tardo unos cuantos minutos más y explicó que “veía que llegaba justo-justo y he intentado apretar el culo, pero no ha podido ser. Pero da igual, las tres piedras de las tres cuevas van para casa y me quedo con lo que he disfrutado en el recorrido”. El guipuzcoano, que el próximo miércoles correrá la Transgrancanaria 360 a relevos con Zigor Iturrieta, anunció que el formato era muy interesante y le presagió un muy buen futuro.
Antes de dieran las 19:30 llegaron a meta dos muy sonrientes Uxue Fraile y Olatz Azazeta, que habían hecho toda la aventura juntas. La corredora donostiarra ha comentado que estaba muy contenta de haber llegado hasta la meta y haber compartido la aventura con Olatz y con Jon al principio (se ha retirado en el tercer punto de asistencia). Cuando se ha encontrado con Mari “he intentado no mirar a los ojos y salir de la cueva para atrás” como manda la ley ancestral vasca. La benjamina de la aventura con sólo 25 años, la altsasuarra Olatz Azazeta, estaba muy agradecida a la organización y a los compañeros con los que ha compartido la aventura y espera poder repetir el año que viene. “Para mí personalmente ha sido una experiencia súper chula, una aventura total de los pies a la cabeza. El recorrido, brutal, súper bonito por los sitios más emblemáticos de nuestra casa y muy corrible” ha declarado.
El último en pasar la línea de meta fue el bizkaitarra Joseba Calzada, corredor de Raids. Para todos los participantes, bien los y las que llegaron a Zegama o los y las que se quedaron por el camino, fue una aventura increíble y para el corredor que sólo consiguió la piedra de la primera cueva declaró que fue “una de las mejores experiencias de su vida”
Tendremos que ver si se repite la aventura el año que viene.