El corredor español tiene una vida que le ha llevado a hacer media temporada de trail y media de carreras en asfalto con muy buenos resultados durante todos estos años.
El curioso caso de Miguel Ferrer bien merece una mención especial. Como corredor actual de trail, el logroñés es una cara muy visible durante la temporada en la que compite sobre la montaña, pero poca gente sabe que también es un corredor de asfalto y, por lo tanto, lleva a cabo pruebas de larga distancia como el maratón.
Sin embargo, lo más curioso de su historia, posiblemente esté en sus inicios. Su amor por el deporte de la resistencia le hizo comenzar, a sus 16 años, en el equipo ciclista español profesional Saunier Duval. Este, que acostumbraba a ser uno de los que copaban las apuestas deportivas del ciclismo en su momento, le permitió formarse como corredor. Sin embargo, en el momento de pasarse al mundo profesional, Miguel prefirió separar su camino de la bicicleta y comenzar una vida algo sedentaria.
El aburrimiento y el día a día cotidiano en su modo de vida, le hizo regresar al mundo deportivo unos cuantos años después de colgar la bicicleta. Ahí comenzó a correr más por temas relacionados con la salud y el bienestar que por afición al ‘running’. Pero poco a poco se fue haciendo a la carrera y cogiéndole ese gustillo de hacer cada vez más y más kilómetros.
A partir de ahí y con una buena previa formación, comenzó su vida competitiva en la carrera, la cual va compaginando por temporadas, dedicándole la mitad al asfalto y la otra mitad al trail. Así puede disfrutar de estas dos disciplinas que tan diferentes son y tantos contrastes tienen a la hora de su preparación física.
Desde entonces, este ‘runner’ ha podido disputar el Campeonato de España de Maratón, el Maratón de Nueva York o haber ganado, por ejemplo, en 2016 el III Maratón Internacional Adidas Ciudad de Logroño. Al mismo tiempo ha ido compaginándolo con excelentes resultados en carreras como La Rioja Ultratail, el Buff Epic Trail, el Kosta Trail o el Kilimon Trail Mendaro, del País Vasco.
Aunque, como bien ha hecho saber en muchas ocasiones, la prueba más dura en la que ha estado fue el Buff Epic Trail 2016, en el que acabó en vigésima cuarta posición. En total 7000 km de desnivel acumulado en un sinfín de cuestas arriba y cuestas abajo que le dejaron con una sensación de no poder más.
En definitiva, un corredor que comenzó tarde, pero que ha ido construyendo su cuerpo para compaginar dos disciplinas de las que el entrenamiento es diferente. Por eso es un ejemplo para aquellos amantes al asfalto que quieren introducirse en el trail y al revés, ya que, como Miguel Ferrer nos ha mostrado, es posible, si te organizas correctamente y a conciencia, poder competir en estas dos magníficas disciplinas sin tener que olvidarse de la otra.