«La larga Marcha» está escrita por Stephen King aunque con el seudónimo de Richard Bachman.
En unos Estados Unidos diferentes, quizás tras una tercera guerra mundial o en un futuro post apocalíptico, el momento más importante de todo el año es «La larga marcha». Prueba deportiva pero más concurso televisivo al más puro estilo del circo romano. El público quiere sangre y eso es lo que les da. Los participantes son 100 voluntarios y las reglas son muy claras y concisas: caminar sin poder disminuir el ritmo por debajo de una velocidad especificada ni, por supuesto, detenerse. Sólo quedará un ganador, porque los otros 99 serán eliminados. Pero no eliminados de cualquier forma sino que se les dará pasaporte, en el sentido más amplio de la palabra…
¿Recomendable su lectura? En nuestra opinión sí. Novela corta (200 páginas) que se lee fácil. No es difícil empatizar con los personajes, con los motivos que les han ayudado a apuntarse a semejante reto. Curiosamente, una de las cosas que más nos ha venido a la cabeza mientras la leíamos es el pensar que, si hoy en día se publicitara esta carrera, habría participantes interesados. Ahora que todo el mundo quiere organizar la carrera más larga, la más dura, la más técnica y la más complicada… ¿habría quien se animaría a disputar una prueba en la que el ganador tendría un premio incalculable pero los perdedores pagarían con su vida?