Texto: Albert Torrent – Ultres Catalunya
Tenía que ser él. Sólo un hombre de hierro como John Kelly podía ganar esta edición de la Spine Race . El corredor estadounidense, que saltó a la fama en 2017 por su victoria en la Barkley Marathons, fue el corredor más fuerte ante las condiciones infernales del Pennine Way, donde la tormenta Brendan azotó a los corredores con fuertes lluvias, rachas de viento y nieve a lo largo de las 268 millas del recorrido.
Kelly llegó extenuado a Kirk Yetholm, en la frontera con Escocia, con un tiempo de 87 horas, 53 minutos y 57 segundos, estableciendo el récord masculino de la brutal prueba británica . Recordemos que el récord absoluto lo registró la edición pasada la británica Jasmin Paris en 83 horas, 12 minutos y 23 segundos.
«Todo hace me duele. He tardado más tiempo en recorrer las últimas siete millas que las 35 primeras « , declaró Kelly a su llegada.
En estos momentos sólo se mantienen en carrera 74 de los 165 corredores que tomaron la salida el domingo en Edale Station, a la orilla del río Noe. Si no pasa nada, la británica Sabrina Verjee se hará con la victoria femenina en las próximas horas.
Eugeni Roselló abandona. Simon Gfeller, virtual podio.
Parece que la mala suerte persigue a Eugeni Roselló. El pallarès volvería a abandonar en la prueba británica por problemas en los pies después de 193 millas, justo cuando rondaba las primeras posiciones de la carrera. El suizo afincado en Andalucía Simon Gfeller lucha por mantener la tercera posición en estos momentos.