Por David Sánchez Haro, Coilaborador de Territorio Trail Media
Seguramente hace un año, si le hubiesen preguntado a Jordi Gamito que pronosticase su quinta temporada de competición en el trail no se habría, ni de lejos, acercado a lo que acaecido en estos meses.
El año del de Playa d’Aro hace honor al refranero de quien mal empieza bien acaba. Empezó con una lesión que auguraba un año difícil impidiéndole participar en Transgrancanaria. Desde entonces sus competiciones en carreras de primer nivel se enumeran por subidas al pódium.
Comenzó con un tercer puesto en la Madeira Island Ultra Trail y en la MIM de Peynagolosa Trail que fueron la preparación para su objetivo del año en Chamonix. Allí acudía por tercer año con la esperanza de conseguir un top 5. A veces los sueños se cumplen cuando son trabajados con perseverancia, esfuerzo y pasión. Para ello se fue semanas antes a las faldas de los Alpes y abandonar su Vall de Camprodón, donde puede entrar directamente en la montaña y compatibilizarlo con su trabajo. Unido a que ha sabido rodearse de un equipo excepcional que ha pulido ese diamante en bruto que es el corredor catalán. Siguiendo los consejos de su entrenador Jokin Lizeaga, el afinamiento de la mano de su nutricionista Anna Grifols y los consejos de gestión del esfuerzo y pensamientos en carreras le han llevado a mejorar de una forma impresionante. La culminación fue ese tercer puesto en UTMB, un año en el que había grandes corredores y muchos no pudieron terminar por motivos varios, este año estaba allí Jordi Gamito para subirse al pódium y hacer realidad un sueño.
Posiblemente Chamonix no ha visto corredor más feliz entrando en su meta. Porque Jordi es precisamente eso: felicidad. La irradia en el trato con los demás, en competición y después, sus formas son siempre exquisitas sin perder nunca la sonrisa. Detrás de ello hay un gran corredor que sólo tres semanas después de su éxito en UTMB volvía a repetir puesto en Ultra Pirineu rompiendo moldes en cuanto al tiempo necesario de recuperación. Se sabía fuerte y en forma como para dejar pasar la oportunidad. Tenía los billetes para ir a isla Reunión y hacía allí viajó pero no para sus 100 millas de la Diagonal de los Locos, que ya hubiese sido demasiada locura, sino para Les Mascareignes de 63km, donde ganó con autoridad despojando a los franceses de la victoria en su carrera fetiche. Para terminar la temporada no escatimó esfuerzo y se proclamó por primera vez para un no nepalí vencedor de la carrera por etapas Everest Trail Race, donde consiguió la victoria individual y por equipos de forma incontestable vistiendo los colores de The Elements.
Así termina un año para el corredor de Compressport que solo unos días antes de irse a Nepal había fichado con Altra viendo recompensada una temporada increíble y que amenaza mejorar este 2019 con su participación en el monte Fuji, Coastal Challenge en Costa Rica, Maraton del Mont Blanc, la mítica Western State 100 y repetir en UTMB.