Como si de la aldea gala de Asterix y Obelix se tratara, en unos meses en los que hemos asistido a la cancelación en cascada de las carreras que poblaban el calendario a nivel mundial, existe una prueba que ha resistido los embates del COVID 19 y que, contra viento y marea, se ha mantenido en la agenda. Tanto, que este fin de semana finalmente se disputará. se trata de la Bryce Canyon Ultra.
La de 2020 será la octava edición de una prueba que se organiza en Utah, en el impresionante escenario del Zion National Park, con distancias que van desde las cien millas hasta una prueba de treinta kilómetros que precisamente se estrena en esta edición.
Obviamente ni la prueba ni los organizadores se han mantenido ajenos a la situación actual. Antes de decidir seguir adelante con la carrera enviaron una encuesta a los inscritos. El 50% de ellos confirmaron su presencia a pesar de la crisis sanitaria, si bien es cierto que el estado de Utah es uno de los menos afectados en Estados Unidos y las autoridades ya han comenzado a aplicar medidas de desescalada.
La Bryce Canyon Ultra va a ser una de las primeras carreras a nivel mundial, quizás la primera, en implantar medidas adecuadas a la nueva normalidad. Entre ellas destaca la ausencia de la feria del corredor, recogida de dorsales en un horario muy amplio y con distancia social, voluntarios y personal de la organizaión equipado con guantes y mascarillas y desfinfectante disponible para corredores y voluntarios. Destaca principalmente la actuación en los avituallamientos: paquetes individuales embolsados para cada corredor con una selección de productos y bebida.
Lyle Anderson es el director de carrera y ha sido entrevistado en la web de la American Trail Running Asociation. Puedes acceder a la entrevista en este enlace.