En un lejano 2009 adquirí mi primera zapatilla para correr por montaña. Era una Salomon XA Pro 3D con GoreTex. En aquellas fechas el catálogo de Salomon era mucho más escueto que hoy.
Actualmente, el concepto designado como XA sigue vigente. Sin duda, las XA Pro 3D continúan vendiéndose como un modelo más indicado para caminar que para correr, o bien, hacerlo de forma ocasional. Precisamente y debido a esa vigencia en dicha categoría, Salomon ha ido ampliando la colección XA, para ofrecer varias opciones, pero con un objetivo claro: ofrecer zapatillas protejidas, pues se trata de una división en algunos casos, más extrema en cuanto a uso, para salirse de los caminos marcados y establecidos, digamos….dentro de una lógica.
LA SUELA COMO PARTE FUNDAMENTAL.
Esta Salomon, es todo músculo, con una más que manifiesta robustez, empezando por la suela, derivada directamente del modelo S-Lab XA Alpine 2. La intención es clara: ofrecer una suela que nos capacite para movernos por crestas y terrenos escarpados. Para ello, se ha optado por un taqueado contundente, con tacos amplios en cuanto a superfície y no excesivamente altos, para evitar flaneos que comprometan el equilibrio.
En la puntera contamos con el característico Climbing Zone, es decir, una zona con mucha superfície plana para escaladas fáciles. El compuesto escogido ha sido el Contragrip TA, pues se ha optado por priorizar la durabilidad, en lugar de una suela demasiado adherente y blanda, que en zonas muy abrasivas vería mermada la durabilidad de forma rápida.
Por otro lado, creo que el ahorro de los costes, respecto al compuesto Wet Traction Premium Contragrip (que siempre monta la gama S-Lab), ha permitido diferenciar este modelo, ya de por si, con un precio elevado (160 €), para no acercarlo peligrosamente a la família S-Lab en cuanto a posicionamiento en el mercado. Esta decisión tiene su consecuencia, y es que en piedras algo lisas o húmedas, podemos llevarnos un buen susto, como pude comprobar sobre algunas losas de pizarra.
EL CHASIS COMO PARTE ESENCIAL
El extraordinario Advanced Chasis es -en parte- el gran responsable de la sensación de aplomo y estabilidad que ofrece esta zapatilla. Dicha estabilidad nos da confianza y nos permite ciertos errores en trazadas, y apoyos comprometidos. La sensación que me da esta zapatilla, es que cuanto peor está el terreno, mejor funciona. Esta sensación de estabilidad ya la corroboró en su día el modelo XA Elevate, y con la Alpine/Pro quizá llega a su cenit, pues la mayor estructura, y el diseño de la suela favorecen sin duda, esa prodigiosa estabilidad.
En mi caso, que no tengo un talento natural para las bajadas, necesito que la zapatilla me asista, y supla -en parte- esas carencias, ayudándome a llegar donde de forma natural yo no soy capaz, y eso, la Alpine/Pro, lo hace muy bien.
En cuanto a la amortiguación, su tacto es firme y con poco recorrido, muy en la línea de Salomon, y más si cabe, en la família XA.
El upper, en consonancia con el resto de la zapatilla está muy reforzado en todos los sentidos, aunque no es motivo para que penalice en exceso en la báscula, ya que se queda en los 325 gramos, es decir, más ligera que una La Sportiva Bushido 2 (334 gr.).
La lengüeta es fina, y va unida al botín interno que ya conocemos de Salomon. El collarín es muy específico de esta zapatilla, y no lo monta ningún otro modelo de la marca; es mucho más contundente, nos sujeta de forma eficiente la zona talonar, además proporcionar gran comodidad.
PARA QUIÉN, CUÁNDO, Y CÓMO
Quizás me parecería indicada para los meses más frios, evitando si es posible los calurosos, debido a esa protección extra de la zapatilla, además del grueso collarín que monta y que no colabora a obtener una sensación de frescor. Pero como punto a favor, en invierno, con el terreno suelto y húmedo, no será fácil que nos entre tierra o barro, pues ese collarín, hará más hermética toda esa zona.
No es una zapatilla para larga distancia, pues ha sido concebida para zonas técnicas y abruptas, de aquellas que sumamos desnivel y tiempo, pero no kilómetros, como cresteos o skyrunning, donde no es prioritaria la velocidad -absoluta- sobre otros factores. Un ejemplo claro sería para utilizarla como zapatilla de aproximación, o también para fast hikking en escenarios técnicos.
No la recomendaría para pesos demasiado elevados, si el objetivo es correr por terrenos fáciles.
Creo que la durabilidad de la zapatilla, por lo que he ido viendo con los kilómetros, será más que aceptable. Esto justificará, de alguna manera, viendo sus buenas prestaciones, un precio de 160 euros.