Al igual que en la edición de 2018, la lluvia y el frío marcaron la sesenta y seis Saintélyon. La ultra francesa sufrió el primer embite del invierno, tal y como habían anunciado los pronósticos.
Los 17000 participantes, y muy especialmente los 8000 de la distancia de 76 kilómetros sufrieron las que han sido, probablemente, las condiciones meteorológicas más complicadas de los últimos años.
Y es que, a pesar de al comienzo de la prueba en Saint Etienne la temperatura no era excesivamente baja la lluvia, por momentos torrencial, hacía acto de presencia a los pocos minutos de darse la salida. Unas condiciones y una previsión que ya hacían desistir de tomar la salida a un doce por ciento de los inscritos.
El frío, la lluvia y la espesa niebla, especialmente a partir del primer punto de control en Saint Christo, unido al paso de los corredores convertían los senderos en ríos de barros y agua en los que avanzar, ya fuera en ascenso o descenso, era tremendamente complicado.
La Saintélyon 2019 confirmó el estatus de prueba de culto, ejerciendo una atracción especial tanto para el corredor élite como, especialmente, para el popular. Las terribles condiciones de esta edición, que provocaron el abandono de muchos favoritos, enriquece todavía más la historia de la gran dama de las ultras francesas.