El otro día durante el programa de Territorio Trail me preguntaron qué es lo que tiene la Spine Race que fascina a tanta gente, y la verdad es que no creo que lo explique bien. He estado dándole vueltas a la cabeza y voy a intentar escribir aquí lo que significa y porque tanta gente sigue y adora esa loca carrera.
Para los que no la conocen, la Spine Race es una carrera de formato non-stop que sigue en invierno la espina montañosa de Inglaterra (The Pennine way) desde su zona central hasta el borde con Escocia. Es una ruta de 268 millas o 434 km con una distancia de 50 millas entre las bases de vida. En esa época del año hay menos de 8 horas de luz y el tiempo se caracteriza por tormentas de lluvia y nieve haciendo la ruta muy difícil. Para la mayoría de la gente eso suena a tortura, pero cada año un centenar de personas se atreven a completar el reto, y los dorsales se agotan minutos después de abrir las inscripciones.
No cabe duda que la Spine es una aventura increíble, que te va a llevar al límite de tu capacidad atlética y mental. Pero para mí lo que la hace fascinante es que está al alcance de millones de personas. Al contrario de aventuras en el desierto, la jungla o el ártico, el comienzo de la Spine race está a menos de una hora de tren de ciudades enormes como Manchester o Sheffield, y la zona norte de la ruta está a menos de una hora de Newcastle donde vivo yo.
De hecho durante la carrera podrás ver las luces de ciudades bastantes cercanas, donde todo el mundo sigue su vida normal. Yo me imagino a veces a todo el mundo en sus casas tranquilamente, igual hasta siguiendo el progreso de la carrera, mientras los corredores están muy cerca pero en medio de un páramo al borde de la hipotermia. Y como dije en la entrevista, esa sensación de estar ahí fuera, en ese mal tiempo mientras todo el mundo está en sus casas tiene algo especial que se te mete dentro.
La carrera además tiene un seguimiento temático fantástico con un tracker que tiene miles de seguidores y videos diarios que muestran la belleza de la ruta y la dureza de las condiciones. Son estos videos los que inspiran a mucha gente a intentar la Spine Race o empezar con una de las carreras más cortas. También hay versiones de verano que muchos corredores utilizan para ver si tienen la experiencia y coraje (grit, como lo llamamos aquí) que hacen falta para completar la carrera principal.
Y si participas en la carrera tendrás todavía otra razón para estar enganchado porque la organización y la experiencia son increíbles. Mucha gente habla de la “Spine family», la familia formada por los voluntarios que llevan las bases de vida y la camaradería entre los corredores que hacen que la experiencia sea inolvidable.
Para cerrar os doy la mejor descripción de la Spine que hizo mi amiga Kristen Isak este año casi al final de la carrera: “Hay ultras que prueban que clase de atleta eres, pero la Spine va a demostrar que tipo de persona eres”.