De menos a más, conocedora de sus posibilidades y con la tranquilidad de quien llega a una carrera sabedora de que el principal objetivo es disfrutar la experiencia pero sin descartar nada. Así ha jugado sus cartas Manu Vilaseca y así ha conseguido un resultado para la historia. La brasileña afincada en Cataluña cruzaba la meta de Flagstaff en segunda posición tras más de 78 horas de carrera, confirmando que, además de la calidad que atesora, es una de las corredoras más duras actualmente. Sobreponiéndose al recorrido, a los malos momentos y a las bajas temperaturas ha sido además la primera no estadounidense de la clasficación. Doble mérito además en una primera participación en Cocodona 250 que suponía un salto a lo desconocido, por el recorrido y por la distancia.
Manu Vilaseca llegaba a Arizona como un punto de inflexión en su carrera, una participación en la que era consciente que atravesaría todos los límites, una prueba de vida y una experiencia que iría más allá de la competición para convertirse en aventura en estado puro. El principal regalo era estar en la línea de salida y, a partir de allí, todo lo que viniera después sólo supondría engrandecer la experiencia. Consciente de que la carrera iba a ser muy larga y que, por la experiencia de ediciones anteriores, todo se decide en el tercer día, la estrategia de Manu Vilaseca fue desde el principio la de hacer su propia carrera, sin preocuparse de rivales, y pensando sólo en gestionar recorrido, distancia, alimentación y descanso junto a su equipo de apoyo.
Sin embargo, la realidad puso a Manu en su sitio, que no es otro que ocupar las primeras posiciones. En el primer tercio de carrera ya estaba por delante de nombres como el de Ashley Paulson o Aliza Lapierre mejorando en varias horas los tiempos planificados en su estrategia de carrera. Con una excelente gestión del sueño, 40′ minutos en el primer día y alrededor de una hora en el segundo, en Jerome, avanzaba sin excesivas complicaciones más allá de las propias de las millas acumuladas. Pronto alcanzaba la tercera posición y comenzaba un potente duelo con Rachel Entrekin en el que se alternaban las posiciones, toda vez que Mika Thewes se distanciaba en la primera posición.
En un giro radical de los acontecimientos, Mika Thewes, que había liderado la prueba prácticamente desde el principio, abandonaba cuando apenas le faltaban diez millas para llegar a meta. Se abría un nuevo escenario con un mano a mano entre Manu y Rachel Entrekin a 25 millas de la meta de Flagstaff que poco a poco se decantaba en favor de la estadounidense, milagrosamente recuperada de sus problemas estomacales durante las diez horas anteriores. Entrekin lograba abrir brecha poco a poco, no excesiva al principio pero si constante, que fueron definitivas para convertirse en la vencedora de las Cocodona 250 con un tiempo de 73h45′.
Para Manu era hora de sufrir, de apretar los dientes y de tirar de épica y fortaleza mental, de cambiar el chip y de disfrutar, todo lo que se puede disfrutar en estas circunstancias, las últimas veinte millas nuestro compañero Víctor Martínez la acompañó en esas millas finales «Manu estaba muy cansada… así que tuvo que echarse un rato. Sufrió en este ultimo tramo y era muy difícil alcanzar a la primera, así que le hice disfrutar del resto”.
Manu Vilaseca cruzaba la meta en segunda posición con un tiempo de 78h20′. Un crono estratosférico y una posición todavía más espectacular. Al valor de quien se enfrentaba por primera vez a la distancia de 250 millas hay que añadir el encontrarse en un ambiente totalmente desconocido y ante un recorrido que sólo conocía por las horas de videos que había visionado en casa antes de viajar a Arizona. La brasileña ha demostrado que está hecha de otra pasta, con una mezcla de calidad y capacidad de sufrimiento al alcance de muy pocas.
Mika Thewes, que era la líder de y virtual ganadora, a cinco millas de la meta de Flagstaff sufrió una caída. Fue atendida por los servicios médicos y trasladada a un hospital. 12 horas después era dada de alta, se reincorporó al recorrido justo en el lugar en el que tuvo el accidente y finalizó la prueba en tercer lugar, con un crono de 79h30’.
Jeff Browning, con la miel en los labios
En categoría masculina todo apuntaba a que Jeff Browning se convertiría en el vencedor, liderando la prueba durante muchas millas e incluso hasta sólo cinco antes del final. Pero en el tramo final, ese descenso en el que se decide la Cocodona cuando la carrera está apretada, era superado por Harold Subertas, que le había estado acechando en la última jornada a una distancia de una hora hasta que dio el hachazo final. Se convertía en el cuarto ganador diferente en otras tantas ediciones de la Cocodona 250 y lo hacía además con récord de la prueba, llegando a Flagstaff en 59h50′. Apenas media hora después llegaba el incombustible Browning y cerraba el podio Arlen Glick, dos horas más tarde que el ganador.
La próxima semana Territorio Trail, en su emisión del miércoles 15 de mayo, dedicará un especial a la Cocodona 250, en el que repasaremos a fondo la edición de este año con la presencia de Manu Vilaseca y otros protagonistas.