Había soñado con este momento desde que se supo que Tailandia iba a albergar un by UTMB. Había lanzado varios proyectos para acudir al reino de Siam a correr un ultra, pero la primera opción siempre fue Thailand by UTMB. No sería el mejor corredor que tomaría la salida hoy, pero sé que era el corredor que con mayor ilusión se iba a enfrentar a la carrera. Había visto todos los vídeos que había en la red sobre el recorrido, había recorrido con Google maps aquellas zonas que estaban trackedas… me lo sabía todo. Solo faltaba el examen final.
La salida estaba programada a las 6:00, lo que implica meterse a la cama lo antes posible dado que a las 4:00 salía mi van camino de la salida. No soy de desayunar mucho y menos para esfuerzos inferiores a 12h, cené como si no hubiese un mañana y un café con una barrita sería más que suficiente.
Aún tengo el sonido de la BSO de Thailand by UTMB en la cabeza… llegar de noche, prepararse para algo a lo que llevaba años esperando hizo que me tomara mi tiempo. Tenía casi una hora, y los dediqué a prepararme mentalmente para lo que se me venía encima. Pero, sobre todo, para darme cuenta de que era un privilegiado y que esto era el premio a una trayectoria. El premio a ser un obseso de Trail y de Tailandia en general. Disfruta pequeño.
Caprichos de la organización, a los élites y media nos dejaron el primer cajón de salida. Por lo que puedo decir que durante un momento he liderado una prueba UTMB. También puedo decir que soy el primer español en completar Thailand by UTMB… eso no me lo va a quitar nadie. La alegría duró muy poco ya que cual mandada de hienas un grupo de corredores locales tomó la cabeza. Yo tenía problemas con el frontal y me metí en un grupo hasta que el día hizo que el frontal no hiciese falta. Estábamos en marcha.
Si algo define esta carrera es el calor, la humedad y es desnivel… cuando llevaba algo menos de 1h de sol, yo ya estaba como si me hubiese metido en la piscina… empapado. No cometí errores del pasado, pero es muy difícil no tener problemas con la hidratación… había que beber bien y mucho.
Mentalmente sabía que la carrera tenía dos partes, una maratón de montaña al uso, tirando a dura… pero corrible en su mayor parte, y una media maratón en la que había 10km verticales muy muy duros. Luego supe que al muy muy duros le faltaba un muy. Por lo que en esta primera maratón yendo bien, guardé fuerzas.
Llegados al ante último control, ya sabía que la cosa se iba a poner muy dura. El calor apretaba, serían las 12 del medio día y mi sueño de rondar las 8:30 lo veía irse. Estos 10km son los más duros que he hecho en mi vida… por el desnivel y por el propio suelo; raíces, ramas, sendas con piedras… rompí los bastones de tanto apretar casi más por no caer, que por subir… pero es lo que hay, para mí y para el resto. Al final de estos 10km se abre un claro y empiezas a ver el Doi Inthanon, precioso con esa luz… solo por esto y por los campos que hemos dejado hasta la mitad del recorrido, ha merecido la pena.
Ya aquí, y pese a que me cantaron que rondaba el top 50, mi objetivo era llegar muy entero. Tenía claro que no iba a llegar a la meta con calambres, vomitando o lesionado … estaba en el país en el que me gustaría vivir, estaba cumpliendo un sueño y no lo iba a estropear por 5 puestos más o 5 puestos menos… estaba en Tailandia, corriendo en uno de los años más duros de mi vida y estaba disfrutando.
Una vez llegado al Doi Inthanon “solo” queda bajar, con alguna subidita pero el 99% era bajada… de ir con cuidado, pero bajada. Me dejé llevar y únicamente guardé fuerzas para llegar a la meta disfrutar lo máximo.
Es una carrera que, siendo muy dura, es muy gratificante. Recomendable enmarcada en un viaje, que puede ser un viaje que el corredor guarde para toda la vida. En un entorno mágico y un país acogedor. Si pueden, se lo recomiendo.
Con este artículo dejamos aparcada esta Thailand by UTMB 2021 esperemos volver en 2022 y que alguno de vosotros venga conmigo.