Highland Kings Ultra, una increíble aventura de montaña en la Escocia más salvaje

Lucy Alves, embajadora Trangoworld, comparte su experiencia durante 120 millas, divididas en cuatro etapas, a través del West Highland Way, una famosa e icónica ruta que comienza en Glasgow y termina en Fort William.

He hecho muchas carreras de larga distancia y hace unos años surgió en mi corazón el deseo de vivir una nueva experiencia, una aventura diferente, un nuevo desafío. Pero nunca llegaba el momento. Y desde entonces participar en una carrera por etapas se convirtió en un sueño para mí. Cuando me surgió la oportunidad de participar de la Highland Kings Ultra fue sorprendente y a la vez asustador. Tenía todo organizado para participar en otra carrera y venía entrenando para eso. En menos de un mes tenía que cambiar todo y correr contrarreloj, no tenía nada claro, pero hay oportunidades que son únicas y esa no la podia dejar pasar. No me faltaron apoyos. Todos estaban dispuestos a ayudarme a afrontar el reto e hicieron todo lo posible para que yo pudiera seguir adelante. Una aventura de lujo.

No todo fueron flores pero salió mejor de lo que esperaba. No hay facilidad en la conexión de Zaragoza/Barcelona después de las 00:00 tuve que coger un autobús temprano, lo que me ocasionó una larga espera en el aeropuerto, en realidad no me supuso problema ya que me encanta observar a las personas y si es posible conectarme con ellas y escuchar sus historias. El vuelo fue bastante tranquilo y he podido disfrutar de la compañía de Génesis, que también embarcaba en esa aventura y me ayudó muchísimo con la traducción del idioma, en el viaje y la estancia En Escocia. Cuando llegue en Glasgow al ser brasileña me hicieron una pequeña entrevista en inglés. Esas situaciones me agobian mucho y ella fue la que me ayudó. Todo ok, vamos a por la maleta. ¿Y que maleta? La mía. Se había quedado en Frankfurt. Hoja de reclamación, amiga al lado y que sea lo que Dios quiera. Con la promesa de que la recibiría el día siguiente salimos del aeropuerto y nos pusimos a esperar a nuestro compañero de aventura Manu Resina. Una vez juntos empezamos nuestra aventura de lujo total. Nos han venido a recoger en un coche de lujo. La casa estaba a 2h del aeropuerto, mientras tanto hemos podido disfrutar de unas vistas espectaculares, disfrutar de una hermosa puesta del sol, un precioso lago y la tierna mirada de un ciervo. Cenamos juntos y decidimos dormir los tres juntos en la misma haima.

 

Día 1 – 49km 1700m+

Nos desplazamos con el coche a una hora de la casa. Comenzando al pie de Ben Nevis. La montaña más alta del Reino Desde allí recorriste parte del West Highland Way, una famosa e icónica ruta que comienza en Glasgow y termina en Fort William. Tenía muchas ganas de correr y disfrutar del paisaje. Después de todo lo que había pasado, quería vivir esa aventura al 100% con el corazón y lo hice. Me entregué y no pensé en nada más que disfrutar. La felicidad había tomado cuenta de mí y estaba radiante de alegría. El paisaje, la gente, todos estábamos contentos esperando un día maravilloso y tuve la sensación de que nada me detendría. Crucé la meta bailando samba al sonido de una gaita y recibí un caluroso abrazo de Manu Resina que me alegro el corazón.

 

Día 2 – 49km 1754m+

Salíamos desde la casa hacia Stob Ghabhar a una altura de 1089 m Empiece el día cansada y sabía que habría muchos tramos de pista, pero con muchas ganas de luchar. Desayuné bien, me arreglé y no paré para pensar. Tenía una meta y no podía distraerme con malos pensamientos. Soy cabeza y corazón y eso es lo que me impulsa a cruzar todas las metas. Me acordé de cómo empecé a correr, km a km, no fue fácil pero me hizo llegar hasta aquí. Salida, paso a paso hacia un día maravilloso, he visto las hermosas vacas escocesas, disfruté de la gente por el camino, las vistas y un maravilloso masaje en mitad de carrera. Había olvidado mis geles en Zaragoza pero la organización cubre todo lo necesario para la buena nutrición del deportista y no me faltó de nada. Estaba todo yendo de maravilla y mi corazón ya no cabía en mi pecho de tanta emoción. Era la única mujer que corría este día y logre cruzar la meta una vez más al sonido de la gaita con los ánimos de todos que allí estaban. Me esperaba una ducha caliente, un café calentito molido en la hora, masaje y una cena deliciosa, preparada por un chef estrella michelin.

 

Día 3 – 44km 700m+

Hemos tenido una noche lluviosa y hacía mucho frío. Devido la climatología cambiaron el recorrido por nuestra seguridad. pero recorrimos impresionantes cañadas y senderos forestales en el corazón de Glencoe con vistas al lago Etive. Estábamos constantemente monitorados por GPS y teniamos avituallamiento cada 5 millas, Yo estaba muy tranquila y algo me decía que sería un día maravilloso. La lluvia dió una tregua y parecía que a pesar del tiempo sería una carrera muy rápida para muchos, pero yo tenía claro que la tomaría con calma y seguiría disfrutando del recorrido todo lo que pudiera. Nos han desplazado con el coche, la carrera empezaba desde otro punto. Empezamos a correr por un parque natural, un terreno bastante llano, pero al rato de empezar a correr, comenzó a llover y no paró. La cosa se fue complicando, fuertes vientos, mucho frío y terrenos pocos corribles con agua hasta el tobillo. El día prometía ser muy duro y lo que parecía que iba a ser una carrera rápida se alargó demasiado para muchos. Sin embargo yo estaba disfrutando como una niña, a pesar del frío, correr en la lluvia me apasiona, yo que vengo del Sertão de Brasil, ver tanta agua me alegraba el corazón y fue para mi la etapa más emocionante, más dura y más bonita. Los últimos kms 8km por asfalto y pista me parecieron eternos, llegué a la meta con mucho frío pero orgullosa de mi misma y muy ilusionada. Casi 150km hechos, la única mujer que completaba las tres etapas y dispuesta a ir a por la cuarta etapa que me daría el título de Reina de las tierras alta o Reina guerrera. Pero aún me quedaba la parte más dura de la carrera.

Día 4 y final – 52km 2100m+

Ese día corríamos junto a 40 militares, subimos Beinn Fhionnlaidh a 959 m y pasando por el icónico valle de las 3 hermanas, donde ocurrió la masacre de Glencoe en 1692. La carrera iba a ser muy dura por las condiciones climáticas, terreno y más aún con los kms que llevaba encima. En los primeros kms ya había perdido casi a todos de vista, pero era consciente de mi objetivo y fui a por ello. Las piernas me pesaban, estaba cansada pero muy contenta. Empezó a llover fuerte, la hierba mojada y el barro resbalaban mucho, en la bajada era casi imposible sostenerme de pie, varias caídas y risas en solitario. Pero cada vez faltaba menos para la meta. Tenía que luchar y lo hice. Una vez más crucé la meta, de esta vez con un sabor especial Highland Queen ultra. 120 millas en 4 etapas y mucha alegría. Es maravilloso ver que personas que no te conocen de nada celebran y se alegran por tus logros. Una bonita llegada. Al sonido de la gaita, un bonito homenaje, baile y sonrisas. Tuvimos una cena increíble, literalmente me sentí como una reina. Esa noche me retiré a dormir sola en la haima, aproveché para rezar y agradecer a Dios por todo lo que había vivido. Para cada obstáculo hubo una providencia, vuelos, maleta, geles, la comunicación … Todo salió mejor de lo esperado. Habían sido días muy intensos y de grande aprendizaje. Soy la primera reina de las tierras altas, la primera reina guerrera.

Lástima que la espada no la traigo conmigo. Apenas la medalla de finnisher y bonitos recuerdos en fotos y vídeos. El regreso a casa fue bastante difícil, varios controles y cómo si no bastase por la climatología nos mantuvieron dentro del avión sin despegar durante 3h. Al llegar en Barcelona ya no había transporte para regresar a Zaragoza y de reina de la Highland Kings Ultra pasé a estar en la puerta de la estación del metro “cerrada” de las 00:30 a 4:30 que volvían a abrir.

 

Autor: Lucy AlvesEmbajadora Trangoworld | Instagram

 

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