Después de 268 millas de lluvia, viento, nieve y temperaturas bajo cero Damian Hall y Jack Scott tocaron juntos la pared de The Border Hotel, pero fue Hall quien se llevó la victoria después de la penalización de Scott por un error de navegación en los primeros compases de esta edición de una Montane Spine Race que de nuevo ha sido fiel a lo que se espera de ella, épica y dura.
Scott se salió del recorrido en Bellingham, lo que le supuso una penalización de 48 minutos, reducida a 41 minutos después de «detenerse para ayudar a otro corredor que lo necesitaba», reducción tipicada en el reglamento. Por lo tanto, los dos corredores de Inov8 eran conscientes de que, a pesar de compartir muchas de las millas de la prueba, llegar juntos no les aseguraba una victoria compartida. Finalizaron con un crono de 84 horas, 36 minutos y 24 segundos.
Damian Hall es uno de los corredores de ultratrail más conocidos en Gran Bretaña y tiene, por ejemplo, el FKT del Pennine Way. La Montate Spine Race le faltaba en su palmarés y este 2023, al fin, lo ha conseguido. Un triunfo que sabe mejor tras su retirada, cuando marchaba en cabeza, el año pasado. En esta ocasión lideró desde el principio junto a Kim Collison, que finalemente se retiró y durante gran parte del recorrido marcó tiempos por debajo del récord de 83:12:23 establecido por Jasmin Paris en 2019.
Las duras condiciones invernales de este año le obligaron a reducir el ritmo, no hubo récord absoluto pero sí en la categoría masculina. Como dato a tener en cuenta, fue líder de la carrera desde la primera milla y sólo durmió 2 horas y veinte minutos en total.
En categoria femenina la vencedora virtual es Claire Bannwarth, que está a apenas unas millas de cruzar la meta cuando publicamos esta crónica. De nuevo ha dado una lección de poderío, dominando la Montane Spine Race de principio a fin y consiguiendo además actualmente la quinta posición scratch, habiendo sido tercera en muchos momentos de la prueba.
Para los que no la conocen, la Spine Race es una carrera de formato non-stop que sigue en invierno la espina montañosa de Inglaterra (The Pennine way) desde su zona central hasta el borde con Escocia. Es una ruta de 268 millas o 434 km con una distancia de 50 millas entre las bases de vida. En esa época del año hay menos de 8 horas de luz y el tiempo se caracteriza por tormentas de lluvia y nieve haciendo la ruta muy difícil. Para la mayoría de la gente eso suena a tortura, pero cada año un centenar de personas se atreven a completar el reto, y los dorsales se agotan minutos después de abrir las inscripciones.