Todos estábamos atentos al #K2winter2021 sabiendo que, tarde o temprano, alguien iba a hacer cumbre invernal y esperábamos que fuera sin O2 suplementario, pero ninguno estábamos preparados para recibir la noticia del fallecimiento de Sergi Mingote.
A lo largo de la segunda semana de enero de este 2021 sabíamos que algo iba a suceder en este intento a la única cima sin ascenso invernal, de la que siempre hemos oído su dificultad. Llevamos semanas, meses, asistiendo al intento de hollar esta cumbre, para lo cual se había montado un dispositivo como nunca de grande, de complejo y comprometido y sabíamos que algo iba a pasar, algo bueno pensábamos.
Los días previos el trabajo se estaba llevando a cabo de manera intensa, solamente se habían reportado dos bajas, una de ellas la de Carlos Garranzo, con el que tuvimos oportunidad de hablar, y al que le deseamos una buena recuperación de sus cólicos que le hicieron abandonar el CB.
Sergi era uno de esos tipos que se ganan a la gente, a la audiencia, a los entrevistadores, a todos aquellos con los que hemos tenido la suerte de hablar con él.
Este sábado por la mañana estábamos pegados a las RRSS viendo la progresión de los nepalíes que casi tenían la cumbre hecha, les quedaban 200 metros de ascenso para hollarla, el hecho de que usaran O2 suplementario o no, no entra en estas líneas (ya lo abordaremos en otra ocasión), ni siquiera el estilo elegido para llegar a cumbre. Era, más o menos, en esos momentos cuando empezaban a llegar noticias de un accidente de Sergi cuando bajaba hacia el CB, su track, de repente, mostraba una línea recta, una gran bajada. A kilómetros de allí, en el Manaslu, Simone Moro debía saber algo porque estaba organizando un helicóptero de rescate para que fuera a buscar a Sergi. Con el paso de las horas, de los minutos incluso, nos empezaban a llegar cada vez más informaciones, desde varios sitios, y nada buenas.
Al final se confirmaba la peor de las noticias, la muerte, por accidente, de Sergi en el K2.
Creemos que los detalles son importantes y que lo que prima aquí es la situación de la familia a la cual le mandamos un fortísimo abrazo.
Nunca somos capaces de asimilar una desaparición en la montaña, se nos hace muy complicado, pese a saber que se juega en un escenario muy duro, en unas condiciones muy duras y con muchas posibilidades de que no se consigan los objetivos. Pero la muerte de un montañero siempre es difícil de digerir y cuando sigues la trayectoria de alpinistas de este nivel parece que son inmortales, que juegan con ventaja sobre la montaña, que están hechos de otra pasta que los hace infalibles, que sus decisiones son siempre acertadas y no se equivocan nunca, parece como que siempre saben jugar a ganar. Pero a veces la montaña gana y un pequeño error les puede dejar en una situación muy complicada. No sabemos qué es lo que le ha pasado a Sergi, cuál ha sido el motivo de esa caída y, seguramente, ya no tenga importancia, ya la cima carece de importancia.
Se va un alpinista de primera, un himalayista comprometido y un tipo genial.
Que la tierra te sea leve Sergi (STTL).
Texto: Raúl Leorza