Las mochilas de montaña son herramientas esenciales para cualquier montañero. En mi caso, prácticamente todos los días utilizo alguna, raro es el día que salgo sin nada en la espalda. Facilitan desde tareas sencillas como moverme en entorno urbano llevando algo de abrigo, la tablet, la cámara, hasta expediciones al Himalaya de meses, pasando por todo tipo de actividades de montaña tan diferentes como pueden ser caminar, escalar, esquiar, correr…
Desde largas caminatas hasta ascensos técnicos, una mochila de montaña fiable puede marcar la diferencia entre una aventura exitosa y un viaje frustrante. Y ya si hablamos de actividades extremas en alta montaña, en las cuales tu seguridad depende en buena parte de lo que transportas en ellas, más vale que todo ello esté a buen recaudo.
El diseño de una mochila de montaña se centra en la comodidad, la durabilidad y la funcionalidad.
La comodidad es crucial, ya que realizando actividad nos pasamos horas y horas llevando carga la espalda, en ocasiones con bastante más peso del que nos gustaría. Las correas acolchadas para los hombros y la espalda, junto con las correas de ajuste, distribuyen el peso de manera uniforme y reducen la presión sobre los puntos de contacto con el cuerpo. Los cinturones de cadera acolchados también ayudan a estabilizar la carga y transferir parte del peso de la mochila a las caderas, lo que alivia la tensión en los hombros y la espalda.
Además de la comodidad, la durabilidad es una característica fundamental en las mochilas de montaña. Están expuestas a condiciones adversas como lluvia, nieve, rocas afiladas y ramas, por lo que deben estar construidas con materiales resistentes y de alta calidad. Los materiales comunes de fabricación que son capaces de resistir rasgaduras, abrasiones y desgarros. Las costuras reforzadas y los refuerzos en puntos críticos aseguran que la mochila pueda soportar el uso riguroso en entornos montañosos.
La funcionalidad es otra consideración importante en el diseño de las mochilas de montaña. Están equipadas con una variedad de características diseñadas para facilitar el acceso a los elementos esenciales y organizar el equipo de manera eficiente. Los compartimentos con cremallera, bolsillos de malla y bolsillos laterales ofrecen opciones de almacenamiento versátiles para guardar equipo como botellas de agua, el casco, saco de dormir, abrigo… Las correas externas permiten sujetar equipo adicional como bastones de trekking, esquís, cuerda, esterillas.
Los sistemas de hidratación integrados son comunes en también en muchos modelos, que permiten acceder fácilmente al agua mientras estamos en movimiento, utilizando una bolsa de hidratación. Otro elemento importante son las fundas de lluvia integradas que protegen el contenido de la mochila de la humedad. La capacidad de una mochila de montaña varía según el tamaño y el diseño, y se mide en litros.
Según su capacidad, tenemos desde las mochilas más pequeñas específicas para correr por montaña, con apenas 10 litros, pasando a las más habituales llamadas “de ataque”, con capacidades de alrededor de 20 a 40 litros, que son ideales para salidas en el día o actividades de unas horas. Luego tenemos las mochilas de tamaño mediano, con capacidades de 40 a 65 litros, son adecuadas para salidas de varios días donde se requiere llevar equipo adicional como saco de dormir, tiendas de campaña, gas y hornillo, comida, agua, además del material técnico. Y por último, las de gran capacidad, con volúmenes de más de 65 litros, son utilizadas principalmente para expediciones de varias semanas o para portear equipo voluminoso como cuerdas, tiendas y equipos de alta montaña.
Además del tamaño, las mochilas de montaña vienen en una variedad de estilos y diseños para adaptarse a las preferencias y necesidades individuales, según sea la actividad para la que están pensadas.
Uso urbano, diario y aventura
En el caso de mochilas pequeñas, tenemos varios modelos polivalentes que cumplen muy bien su función en un amplio abanico de actividades, como por ejemplo los modelos Jethi 25 o la Shani 25, ambas muy ligeras y prácticas y que en mi caso utilizo para el día a día urbano, escalar en pared, trekking corto, salidas de esquí sencillas, etc. Con un poco más de capacidad pero súper ligera, tenemos también el modelo Gear 30 que utilizo muy a menudo para llevar el equipo de cámara en su propia funda junto con la ropa de abrigo. Es muy práctica para viajar con ella en casi cualquier circunstancia. La utilicé a diario durante dos meses mientras recorrí cinco países africanos filmando y fotografiando. En los viajes de aventura, además, la rejilla que trae es muy práctica, para meter todo tipo de accesorios.
Actividades express
Para los entrenamientos de esquí de montaña y salidas exprés más exigentes donde lo que prima es la ligereza me gusta mucho el modelo Impulse 20 ST, que te permite colgar los esquís muy fácilmente de manera transversal, así como acceder a los crampones directamente a través de un bolsillo lateral específico de acceso rápido.
Actividades técnicas
En cuanto a modelos más técnicos para alpinismo, escalada y actividades de esquí de montaña, tenemos las mochilas TRX2 PRO DR, la mochila TRX2 PRO DR de 35L y su hermana mayor, la mochila TRX2 PRO DR de 60L. Ambos modelos tienen muchos detalles funcionales muy prácticos como son un bolsillo trasero plegable especial para crampones, botella o lo que quieras tener a mano. Una red superior para transportar el casco, porta esquís, porta piolets, acceso lateral con cremallera al interior que facilita el acceso al equipo sin tener que vaciar todo el contenido de la mochila, lo que es útil para encontrar elementos rápidamente. También tiene una rejilla en el cinturón ventral donde llevar el móvil o una pequeña cámara por ejemplo, siempre a mano, además de un porta material muy práctico para cintas express, etc…
Actividades prolongadas
Con un poco más de capacidad y también una de mis mochilas favoritas, es el modelo Stoor 40. Plantearse llevar un poco de más peso con ella para aproximar no supone ningún inconveniente, es robusta y cómoda a la par que ligera. Una vez en el comienzo de la escalada, y ya descargada del material técnico, se comporta a a la perfección. Para las actividades de alpinismo más exigentes, Mark Twight recomendaba encarecidamente en su biblia: “Alpinismo extremo”, tratar de no escalar nunca con más de 7 kg a la espalda una vez que entras en la pared, aunque es algo que en muchas ocasiones es difícil de cumplir. Su ligereza junto con su comodidad y la amplia seta separable, la convierten en la mejor pieza para hacer alpinismo.
En conclusión, las mochilas de montaña son herramientas imprescindibles para los amantes de la montaña. Desde su resistente construcción hasta sus características ergonómicas y tecnológicas, estas mochilas están diseñadas para enfrentar los desafíos de la naturaleza mientras brindan comodidad y eficiencia. Al elegir la mochila adecuada, podemos estar seguros de que estamos equipados con una compañera fiable para nuestras aventuras en la majestuosidad de las montañas.
Autor: Aitor Bárez, Embajador Trangoworld | Instagram