Bassin d’Arcachon, aire libre y naturaleza con «charme». Cap Ferret, un pequeño paraíso.

785 kilómetros cuadrados de bosques, 76 kilómetros de playas o 220 kilómetros de recorridos específicos para bicicletas hacen de la Bassin d'Arcachon uno de los destinos más apetecibles si deseas combinar turismo, aire libre, naturaleza y, también, descanso y tranquilidad.

A menos de tres horas de la frontera de España con Francia, siguiendo la A63 si quieres llegar pronto a tu destino o serpeteando por carreteras secundarias con la costa atlántica a tu lado si prefieres el «slow driving», se encuentra la Bassin d’Arcachon, lugar de veraneo para los franceses más «chic», centro de balneoterapia en el siglo pasado y, hoy en día, uno de los destinos más apetecibles si deseas combinar turismo, aire libre, naturaleza y, también, descanso y tranquilidad. A modo de mar interior, entre la desembocadura del Leyre y el Atlántico, la unión del agua salada y la dulce crea un ecosistema especial que, unido a la subida y bajada de las mareas, hace de la Bassin d’Arcachon un lugar único.

785 kilómetros cuadrados de bosques, 76 kilómetros de playas, 220 kilómetros de recorridos específicos para bicicletas o las 120 hectáreas de la Reserva Ornitológica de Le Teich son algunos de los números de la Bassin d’Arcachon, entre los que destacan sobre todos los de todo lo que rodea a la Duna de Pilat, la de mayor extensión de Europa con sus 109 metros de alto, 2.700 metros de largo, 500 metros de ancho y 60 millones de metros cúbicos de arena en una formación que se remonta a 4000 años atrás.

En colaboración con la Bassin d’Arcachon y Atout France hemos visitado la zona para nuestra sección Trail and Travel. Un itinerario de cuatro días que compartimos dividido en tres entradas, una primera con las dos jornadas en Cap Ferret, la segunda en Arcachon y una tercera con las pruebas deportivas que no te puedes perder y los datos más interesantes para organizar el viaje perfecto.

La primera parada antes de llegar a nuestro destino son los Lagos de Piraillán, una reserva de cuarenta hectáreas de extensión con más de 350 especies vegetales y abundante fauna. Ambos, flora y fauna, con importantes diferencias según la estación del año. Una zona perfecta para conocer en bicicleta o corriendo, antes de llegar a nuestro alojamiento durante los días en Cap Ferret: La Cabane Japajo. Una de las tipicas cabañas de madera de la zona donde podrás, literalmente, dormir a dos metros de la bahía en el más absoluto de los silencios. Eso sí, antes es hora de recuperar fuerzas tras nuestro primer día en la Bassin d’Arcachon y qué mejor que hacerlo en uno de los restaurantes con más historia, el Bouchon du Ferret, una antigua pescadería reconvertida en restaurante, con el, como en todo Cap Ferret, pescado y marisco son protagonistas y donde, por primera vez, descubrimos la típica gran pizarra en la que están escritas las especialidades y platos del día.

Recuperados de nuestro primer día y después de desayunar en La Cabane Japajo, más cerca del mar todavía, nos ponemos en marcha para descubirir Cap Ferret de la mejor manera que podemos recomendar: en bicicleta y con Laure de Les Balades Tchanquées, probablemente una de las personas que mejor conoce la Bassin. Una salida en la que no puede faltar el paso por el Faro de Cap Ferret y ascender sus 258 escalones para contemplar una vista 360º ni llegar a la «pointe du Cap Ferret», la punta del cabo donde podemos contemplar en el horizonte la majestuosidad de la Duna de Pilat, a la derecha el Atlántico y a la izquierda la bahía y Arcachon.

Aparcadas las bicletas, llega la hora de degustar el menú más típico de la Bassin d’Arcachon en una Cabaña Ostrícola: ostras, gambas, buccinos, bígaros y paté, todo ello acompañado de pan, mantequilla y limón. Eso y sólo eso.  No se permite ningún cambio bajo amenaza de cierre y no se sirve ni café, cava, espumante u otro alcohol, que no seanlos dos vinos del menú, ni tampoco hay postre. Nosotros tomamos el menú ostrícola en La Cabane d’Hortense, lugar más glamuroso para comer ostras en Cap Ferret, casi escondida en el antiguo barrio ostrícola.

Si por la mañana hemos recorrido Cap Ferret en bicicleta, la tarde está destinada a hacerlo desde el agua, en una de las embarcaciones de Batexpress que nos lleva primero a uno de los grandes imperdibles en una vista a la bahía, las Cabanes Tchanquées, antiguos almacenes de ostras con más de cien años de antiguedad, de los que ahora mismo sólo quedan dos en pie, para después llegar hasta la desembocadura del Leyre, su delta conocido como el pequeño Amazonas y el pequeño y pintoresco puerto de Biganos.

Una experiencia, la de conocer la Bassin d’Arcachon en barco, 100% recomendable anticipo de la cena en un restaurante histórico, el Port d’Attache, nacido en los años treinta, en el que Fabrice Bugaud ofrece alta cocina con productos de proximidad y en el que no puedes dejar de probar su especialidad, el tartar de ternera con ostras.

Tras una larga jornada, en la que hemos recorrido Cap Ferret por tierra y mar, al aire lo dejamos para una siguiente visita, regresamos a La Cabane Japajo.

 

Con la colaboración de Bassin d’Arcachon y Atout France

 

 

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