9 horas de piedra en la Oman by UTMB

Territorio Trail Media estuvo presente en la Oman by UTMB. Raúl Leorza se desplazó al Sultanato de Omán para cubrir la prueba y participar en una de las distancias. Esta es su experiencia.

No se debería empezar una crónica con un condicional pero, en este caso, debo hacer una excepción. Si te dicen que vayas a correr en pleno noviembre a más de 30 grados, no lo dudes, coge la maleta y vete, aunque vayas a estar pisando durante horas un terreno duro, muy duro, de roca volcánica que hará que tus piernas se resientan. Si te dicen de cruzar todo el Mediterráno y la península arábiga hasta llegar a la esquina de la misma, viajando más de 6000 kms, no lo dudes, ¡hazlo!, aunque vayas a padecer los rigores de un terreno muy duro durante, como ha sido mi caso, nueve horas.

La recompensa a esta aventura es tan gratificante que se te olvidan los dolores antes de lo esperado y la inyección de endorfinas te va a durar tiempo, mucho tiempo.

En Omán, aunque lo correcto sería decir el Sultanato de Omán, se celebra desde 2018 una carrera dentro de la franquicia UTMB y creo que ha sido un acierto empezar muy fuerte bajo el paraguas de los que organizan la ultra más famosa y respetada de mundo.

Omán se localiza en la esquina sureste de la península arábiga y, a priori, nos puede parecer un sitio poco atractivo para viajar. La geopolítica en esta zona es bastante complicada, sus vecinos aparecen todos los días en las noticias de todo el mundo y con titulares muy poco agradables. Pero lejos de esas noticias, Omán es un remanso de paz y de tranquilidad, un estado sin conflictos con ningún otro país y con amistad con todos, repito, todos, sus vecinos. Esta situación política y geográfica hacen que sea un destino perfecto para el deporte y para el turismo, en noviembre se alcanzan temperaturas de poco más de 30º, lo que hace olvidarte de los 5º que se disfruta por estas mismas fechas en el sur de Europa y no es extraño que veas a muchos occidentales paseando por las calles de las zonas más turísticas. Además, su situación hace que atraiga a corredores de 70 nacionalidades diferentes, donde los occidentales no son la mayoría, a pesar de que se puede obtener runnig stones solamente por terminar las distancias de 130 y 170 kms. Así pues hemos visto corredores locales, de todo el Golfo Pérsico y de países como Pakistán, India, Líbano, Turkía, Argelia, Siria, China, Egipto, etc.

Se nota que la elección por parte de UTMB de esta prueba para ser franquicia no es casual, a las posibilidades organizativas y económicas se une la capacidad de atraer a corredores y corredoras de muchos países que tendrían complicado el ir a Chamonix en agosto. Y no debemos dejar de remarcar esas capacidades organizativas de los omaníes puesto que ser franquicia de UTMB no es algo fácil, no basta con tener recursos económicos, logísticos y de infraestructuras, luego hay que ponerlos en marcha y hacer que la maquinaria funcione. Además, cada año, se pasa un examen, Chaterine Polleti y todo el staff de UTMB están allí esos días para ver cómo funciona y os puedo asegurar que no van de vacaciones.

De las distancias que podéis encontrar, que son muchas, la que tendréis que elegir varía mucho dependiendo lo que busquéis y las condiciones en las que os encontréis. Si queréis optar a running stones para acudir a Chamonix en 2020, se os obliga a correr 170 kms o 130 kms. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, correr no es una opción puesto que el terreno es tan técnico que es imposible hacerlo a un ritmo de carrera. Y no vamos a entrar en discutir de qué es técnico o qué es arriesgado, puesto que en estas dos distancias hay para elegir terreno técnico y zonas de vía ferrata en las que hay que parar para equiparse con arnés, cuerdas, casco, etc. para poder continuar en carrera.

Pic: Oman Sail

La distancia que elegí yo fue la de 50 kms, lo cierto es que hacía tiempo que no corría una carrera tan larga y para ello he conseguido entrenar bastante bien los meses anteriores con tiradas de hasta 40 kms los fines de semana y, creo, no me equivoqué. Como en las dos distancias anteriores, el terreno se me hizo duro y técnico, con un par de zonas en las que había que llevar la cabeza en estado de máxima de concentración. Duro porque el piso es al 95% de roca volcánica y si buscamos zonas de descanso en el perfil de la prueba, es decir, aquellas de bajada con poca inclinación, lo cierto es que engañan porque no son para nada regulares y vas pisando con un pie bien y con el otro mal, cargando las caderas continuamente. Técnico porque a la zonas de planchas de piedra lisas e inclinadas se les unen auténticos mares de piedras sueltas de todos los tamaños que hacen que cada apoyo haya que ir vigilándolo para no caer (yo una sola vez) o torcerte el tobillo que es lo habitual (sorprendentemente yo ninguna vez).

El recorrido es una auténtica delicia desde que sales de Al-Hamra hasta que vuelves a entrar a esta ciudad tras pasar toda la mañana por el monte. Se trata de una lección de geología desde que abandonas la pista que permite que el pelotón se vaya estirando, visitando cañones, barrancos y vistas al valle de Al Hajir, hasta que vuelves a Al-Hamra. Y se trata de una lección de historia y de adaptación al medio, duro medio rural en el que viven estas comunidades, con el colofón de poder correr por la zona de huertas de Misfat en las que el tiempo parece detenido desde hace siglos. Este tramo es corto pero es un regalo a falta de cuatro kilómetros para finalizar el recorrido.

Pic: Oman Sail

Y la manera de acabar es la de la marca de la casa, te recibe Catherine Polleti como si estuvieras en Chamonix y como si fueras el primero, os dije que ella no venía de vacaciones. Además, en mi caso, me recibe Eoin Flynn, el speaker oficial, un irlandés afincado en Grancanaria, un tipo cercano que se le gana a uno desde el primer minuto que lo conoces.

Lo cierto es que yo solo venía a competir conmigo mismo (esto es lo que tiene el trail) y viendo los tiempos de los primeros de la carrera me queda claro enseguida (Bhim Bahadur Gurung, el ganador, me saca casi 4 horas), pero me alegra mucho estar en el top 75, un dulce no amarga a nadie.

Hace poco pude leer que los corredores de trail, montaña, o como se nos quiera llamar, somos una banda, y no le falta razón a esta idea, somos una banda a la que nos gusta disfrutar y sufrir a partes iguales. Además nos gusta viajar, descubrir lugares nuevos, conocer personas nuevas y si es corriendo por el monte, mejor. Los apelativos de la carrera más dura o la más alta, o la más…lo que sea, van cambiando, ahora se impone la más chula, la mejor organizada o en la que mejor te tratan. Omán By UTMB cumple esos cuatro requisitos y ha venido para quedarse. Para los escépticos, Omán está más cerca de Europa de lo que parece y las conexiones son tan sencillas que en ocho horas te presentas allí. Días después mi cabeza está, todavía, en Muscat.

Nos vemos el año que viene.

 

 

OmánOman by UTMBRaúl Leorza
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