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Opinión | Skyrunning 2019. El último paso hacia la consolidación de un deporte diferenciado.

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Por Alfonso García
Alfonso García es Director de Territorio Trail Media
Puedes seguirle en Twitter en @Almasyrunner

Como suele ser tradicional, octubre nos ha traído el calendario para la próxima temporada de las Skyrunner. El 2018 continuará la tendencia de esta temporada, reduciendo las categorías a dos (Sky Classic y Sky Extra) y manteniendo las cuatro cits españolas: Transvulcania, Zegama Aizkorri, Buff Epic y Ultra Pirineu. Una temporada 2018 que, sin embargo, puede considerarse de transición ante un 2019 que aparece en el horizonte como una revolución en el Skyrunning y, por extensión, en nuestro deporte.

Y es que, no cabe duda, el 2019 marcará un antes y un después en el universo del Skyrunning-carreras-de-por-montaña-trail-ultratrail. La ISF ha reinvindicado desde siempre el Skyrunning como un deporte, una modalidad, diferente del trail o del trail running, algo que tendemos a no diferenciar. La propia definición del Skyrunning por la ISF indica que se trata de pruebas «por encima de los 2000 metros de altitud, con dificultad de escalada no superior al grado II y pendiente superior al 30%».

Bastantes son los cambios que introducirá en 2019 la ISF. Unos de mayor calado que otros. Para empezar, la creación de un ránking, al estilo de la ATP en el tenis, que determinará cuál es el mejor «Skyrunner» del momento. Una clasificación que se actualizará semanalmente y que nos daría, cada lunes y dependiendo de los resultados del fin de semana, los números 1. Unos resultados que saldrían de un calendario formada por unas veinte pruebas, que se disputarían de abril a octubre. Las carreras estarán calificadas por dificultad y cuatro de ellas, las «Súper Sky Race» darán una mayor puntuación. Otro aspecto a tener en cuenta es el económico, con un importe en premios que llegará a los 100.000 EU, un 30% más que los 66.000 previstos para 2018.

Pero, si todo esto es importante, en mi opinión dos son los puntos que destacan sobre los demás. El primero, el establecimiento de unos kilometrajes mínimos y máximos para las carreras que formen parte de las Skyrunning, que deberán oscilar entre los 22 Kms y los 66 Kms. Por la parte más cercana que nos toca, eso significa que dos de las pruebas más importantes que se organizan en nuestro país como son Transvulcania y Ultra Pirineu, que además tradicionalmente han formado parte de los circuitos ISF, se caerían de estos. A día de hoy no tengo constancia de cómo habrán sentado en La Palma y Bagà los planes para 2019… Bien es cierto que, más que de distancia máxima en la Asamblea de la ISF se habló de tiempo máximo para que el último corredor entrara en meta, que debía ser de 16 horas. Las razones, motivos médicos. Eso hace que Transvulcania simplemente debería reducir el tiempo máximo para completarla en una hora para seguir siendo parte de las Skyrunning.

El segundo, la creación de las «Sky Masters», carreras que se disputarán al final de la temporada (octubre) y a las que sólo tendrán acceso los corredores que hayan acumulado «X» puntos a lo largo del año y que estará, en principio, cerrada al corredor popular. Recuerdo que el sentir general del pelotón cuando se han dado salidas separadas entre «pros» y «pops» en el pasado ha sido de malestar, por lo que una prueba de este tipo no sé cómo será recibida…

El Skyrunning siempre ha tratado de diferenciarse lo máximo posible del trailrunning. Hasta ahora ambos «deportes», ambas «disciplinas», han convivido en un cajón de sastre en el que a ojos del gran público todo era lo mismo: correr por el monte. El 2019 marcará un antes y un después, un año en el que la ISF apuesta por la diferenciación y la creación, de una vez por todas, de una marca específica.

 

Pic cabecera: Albert Jorquera

 

 

 

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