Año 1983. Mientras la decadencia de la ciudad va en aumento, las últimas fábricas echan el cierre y los habitantes de Leadville emigran en busca de un futuro mejor, alguien de la ciudad tiene una idea para intentar esquivar la recesión. Es Kenneth Chlouber, corredor local de maratones, y su razonamiento es muy simple: si los “flojos” californianos son capaces de organizar y completar carreras de casi 100 millas, nosotros que somos gente de alta montaña nacidos en la altitud de las Montañas Rocosas podemos hacer eso y mucho más si nos lo proponemos. Y vaya si se lo propuso. Serían cien millas (La primera de la historia. WS100 es más antigua pero no llegaba a la distancia), sería la más alta en un recorrido de ida y vuelta, se llegaría a los 3800 mts de altura en su punto más alto y para hacerlo más difícil todavía, nada de 40 horas de tiempo máximo para realizarlo como es habitual. Para ganarse el respeto de las Montañas Rocosas habría que completar los 160 Kms en menos de 30 horas. El diálogo con el encargado de los servicios médicos de Leadville cuando le explicó la idea ha llegado hasta hoy:
«You’re crazy! You’ll kill someone!»
«Well, then we will be famous, won’t we?»
“¡¡Estás loco!! ¡¡Vas a matar a alguien!!”
“Bueno, entonces seremos famosos, ¿no es así?”
Para conseguirlo se huyó de los trazados técnicos para buscar un recorrido muy americano y corrible, pero tremendamente espectacular. Era agosto de 1983. Era la primera edición de la Leadville Trail 100 y 45 corredores acudieron a la llamada en busca de la hebilla plateada y del respeto de las Rocosas en un lugar muy peculiar, Leadville.
La principal peculiaridad de Leadville es que se trata de la ciudad más alta de los Estados Unidos. Hablamos de 3.100 mts de altitud, o lo que es lo mismo, que tenemos un pueblo de 2.500 habitantes a la misma altura a la que se encuentra por ejemplo el Garmo Negro. Anclada en el corazón de las Montañas Rocosas y rodeada de 14ers (picos de 4000 metros) por los cuatro costados, su paisaje es de los que te deja con la boca abierta. Hoy en día es una apacible ciudad que guarda multitud de recuerdos de sus épocas pasadas. Un pueblo de telefilme en el que todo el mundo se conoce y al visitante se hacen sentir como en su casa. Típica ciudad del oeste americano, nacida de un asentamiento al abrigo de la fiebre del oro en 1860, conocido como Oro City. El metal precioso duró poco por allí, pero a cambio se descubrieron importantes yacimientos de plata y plomo, que dieron lugar a la fundación de la ciudad en 1877 y a su nombre como Leadville (Villaplomo o Ciudad del Plomo). En pocos años alcanzó una población de 40.000 personas y se convirtió en una de las ciudades más importantes del estado de Colorado llegando a construirse incluso un teatro para óperas. Salones, hoteles y lugares de juego florecían por toda la ciudad. Fue el punto más alto de una historia que a partir de ese momento comenzó a declinar paralela al agotamiento de los yacimientos. Sólo una base militar durante la II Guerra Mundial consiguió detener momentaneamente este declive, que siguió imparable hasta principios de la década de los 80 a la par que aumentaba la tasa de paso, llegando el golpe de gracia con el cierre de la última gran mina de molibdeno. Hasta que en 1983 Kenneth Clouber tuvo la idea que revitalizaría la zona para siempre y la situaría en el mapa mundial.
Este 2023 se ha celebrado el 40.º aniversario de la Leadville Trail 100. Un documental publicado esta semana permite sumergirse en el corazón de esta carrera icónica, cerrando un círculo entre su historia y el presente, a través de la participación de cuatro corredores en la edición del pasado agosto e imágnes históricas de la prueba.