Los refugios de montaña son instalaciones deportivas de servicio público destinadas a ofrecer resguardo a las personas practicantes de deportes de montaña. Así pues, los refugios de montaña, tanto los guardados como los que no lo están, cumplen una función esencial de seguridad para quienes practicamos deportes de montaña. La solidaridad y uso público de los refugios de montaña, nacionales e internacionales, son reglas fundamentales para que los refugios de montaña sigan cumpliendo esa función esencial de seguridad. La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME ) ha trabajado, y continúa trabajando, para garantizar que esa solidaridad y uso público se mantengan en vigor, tanto a nivel interno como internacional.
En el año 1978 se firma el “Tratado sobre derecho de reciprocidad en los refugios de montaña” por seis asociaciones: SAC Schweizer Alpen-Club (Suiza), DAV Deutscher Alpenverein (Alemania), OeAV Österreichischer Alpenverein (Austria), CAF Club Alpin Francais (Francia), CAI Club Alpino Italiano (Italia) y Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME). Luego se incorporaron PZS (Eslovenia), LAV (Lienchestein), AVS (Sudtirol) y otras organizaciones. En los refugios que dependen de estas organizaciones existirá “reciprocidad”, por lo que se comprometen a dar a los miembros de la propia organización, y de las otras, los mismos derechos y las mismas condiciones económicas y de uso. Estaban incorporados al Tratado los refugios de Pirineos, Picos de Europa y Sierra Nevada.
En 2012 la Federació de Entitats Excursionistes de Catalunya decidió sacar sus refugios del Tratado. Los federados FEDME de Cataluña seguían disfrutando de las ventajas en refugios en Europa y en España, pero los montañeros europeos que nos visitaban no entendían porqué no tenían descuentos en Cataluña.
En la primera Junta Directiva del nuevo equipo FEDME, en febrero de 2021, se aprobó dedicar 50.000 euros a una línea de ayuda extraordinaria para refugios de montaña. Nunca en los 28 años de presidencia anterior se destinó semejante cantidad de dinero a los refugios. Poco después se designó al nuevo responsable de refugios que planteó dos líneas maestras: aprobar un convenio interno para los refugios españoles e iniciar un plan de modernización de los refugios.
La voluntad por avanzar en una solución al problema de los refugios era evidente. Sin embargo, cuatro federaciones (Cataluña, Aragón, Navarra y Asturias) iniciaron sin avisar a la FEDME la creación de un acuerdo propio, proponiendo soluciones que eluden la organización estatal, para instaurar mecanismos interterritoriales y caminar hacia una confederación de federaciones autonómicas o, como se leyó en redes sociales “emanciparse de la FEDME e “ir hacia una confederación de federaciones autonómicas”. Si este es su modelo, quienes apuesten por él deben conocerlo con toda su dimensión. Los federados deben valorar este planteamiento de fuertes connotaciones políticas, que extiende la insolidaridad dentro de la comunidad montañera a unos niveles intolerables.
La FEDME siempre tiene y tendrá abierta la puerta para negociar un convenio nacional de los refugios, pero contando con todas las federaciones autonómicas y dentro de las estructuras y procedimientos estatutarios de la FEDME.
Por otra parte, la FEDME ha de defender los intereses de sus más de 100.000 personas federadas, y garantizarles el acceso en igualdad y con las mejores condiciones económicas a los refugios europeos. En este momento se integran en el Tratado de Reciprocidad, 1.083 refugios que fundamentalmente permiten realizar actividades de montaña en los Alpes, pero también en otras montañas europeas, como Apeninos, Picos de Europa y Sierra Nevada.
La FEDME seguirá perteneciendo al Tratado Internacional en nombre de todos sus federados y federadas, para defender la solidaridad y reciprocidad en el uso de los refugios de montaña, interna e internacionalmente. Aunque le va a suponer un importante esfuerzo económico la constitución de esta asociación que abandona el Tratado Internacional de Reciprocidad, y sigue la línea comenzada por Cataluña en 2012. No podemos obviar que esta nueva organización interterritorial tiene un doble impacto negativo para la FEDME: esta deberá pagar más al Tratado Internacional al aportar menos refugios y, lo que es más importante, muchas personas federadas actualmente que hacen uso de refugios de montaña en España, previsiblemente dejarán de contratar la licencia FEDME al obtener a partir de 2023 los descuentos en estas instalaciones a través de su licencia autonómica.
Esta situación ahonda en la ya importante pérdida de ingresos que se sufre como consecuencia de una insolidaria gestión de licencias por parte de algunas federaciones autonómicas, que no tienen en cuenta a la FEDME y ofrecen coberturas de seguro con la tarjeta autonómica que van más allá del ámbito de su CCAA.
La FEDME lamenta que decisiones insolidarias y disgregadoras afecten a un colectivo, como el montañero, para el que las fronteras solo las marcan sus piernas y su corazón.
La pregunta es por qué es ahora cuando, necesitando la FEDME más recursos para poder llevar a cabo el Plan Estratégico 2021-2024, aprobado democráticamente por la Asamblea General, algunas personas de ciertas federaciones autonómicas que hasta la fecha no habían dado estos pasos, están atacando los cimientos de esta federación española.
Si no lo habéis hecho ya, deberías tratar este tema en vuestro programa para que se entienda bien las motivaciones del desacuerdo y el impacto que tiene sobre el montañero de a pié.