Hace un par de semanas anunciaba de cara al público el que será su gran reto para este verano, escalar el Broad Peak y el K2. Mientras tanto, en secreto, Stefi Troguet ultimaba los detalles finales de su expedición más inminente: en estrecha colaboración con Jonatan García, alpinista vizcaíno afincado en Benasque que será su compañero de escalada en este próximo proyecto, terminaba de atar todos los cabos necesarios para poder partir el próximo 10 de marzo hacia el Dhaulagiri (8167m).
Su intención es llevar a cabo una expedición ligera y minimalista: el equipo está formado solo por Stefi y Jonatan, e irán sin sherpas y sin oxígeno adicional, siguiendo el objetivo de la andorrana de coronar los catorce de la manera más pura. Usarán un estilo tradicional, montando campamentos de altura que ellos mismos portearán. En el campo base contarán con el soporte logístico de la agencia Seven Summits, y durante toda la expedición tendrán el apoyo incondicional de Ferrino y La Sportiva, entre sus otros patrocinadores.
Este mismo miércoles abandonan el país dirección Katmandú, desde donde, tras una cuarentena protocolaria, partirán hacia el valle de Khumbu para aclimatarse realizando el trekking del campo base del Everest. A la vuelta, realizarán el trekking del Dhaulagiri y empezarán las rotaciones de altura en la montaña. Tras montar los campamentos de altura y aclimatarse debidamente, esperan poder intentar un ataque a cumbre entre finales de abril y principios de mayo, si todo va bien. De alcanzar el Dhaulagiri, Stefi conseguirá su tercera cumbre de más de ochomil metros, tras coronar el Nanga Parbat (8125m) y el Manaslu (8156m) en 2019.
Esta expedición servirá de entreno y preparación para el K2, no solo física sino también psicológica y emocionalmente. Ambos escaladores, tanto Stefi como Jonatan, han perdido muchos amigos y compañeros en la montaña este invierno, y afrontan este proyecto con serenidad, pero también con consciencia y respeto.