El alpinismo y la escalada son deportes que han ido evolucionando a lo largo de los últimos años en España. Cada vez son más quienes se suben al barco de una actividad que requiere de buena forma física pero también de una mentalidad en la que el miedo no tiene cabida. Ese es el caso, al menos, el más alto nivel de estas disciplinas. No quiere decir eso que los y las que las practican a alto nivel no experimenten en alguna ocasión miedo, pues está científicamente demostrado que el miedo está intrínsicamente relacionado con la habilidad de evaluar ciertas situaciones a la que los humanos se enfrentan a lo largo de sus vidas. La ausencia total de miedo puede llevar a evaluaciones erróneas y, a la postre, a decisiones erróneas.
En cualquier caso, hay personas que viven y experimentan el miedo de manera diferente. Y es lógico pensar que quienes «temen» menos son también quienes más capaces son de practicar deportes que aquellos que «temen» más no practicarían. Es el caso de la apnea o el paracaidismo, cada vez más populares en España pero todavía no al nivel de deportes muy presentes en las cuotas de apuestas deportivas y en las programaciones de televisión, como el fútbol o el baloncesto. Así, mientras que en el fútbol o en el baloncesto rara vez un deportista se juega su integridad física, en el alpinismo o la escalada sí lo hacen.
Estas son algunas de las montañas donde ello ocurre:
Annapurna
Esta cima, cuyo nombre se corresponde con la diosa de la comida y de la cocina, se encuentra en la cordillera del Himalaya y para llegar hasta ella hay que escalar 8.091 metros. A pesar de no estar ni siquiera entre los cinco picos más altos del mundo, la del Annapurna está considerada por muchos como la cima más difícil de escalar del mundo. La estadística arroja que esta montaña de Nepal, la décima más alta del planeta, no es solo de las más difíciles, también demuestra que es efectivamente la más peligrosa, pues muchos de los que viajan hasta el país nepalí para escalar el Annapurna no logran volver.
K2
Otra de las cimas cuya escalada requieren de agallas y determinación es la K2, localizada en la cordillera del Karakórum, que a su vez pertenece al sistema de los Himalayas. Geográficamente, este pico es compartido por Pakistán y China y tiene una altura de 8.611 metros, convirtiéndolo en el segundo más alto del mundo. Solo el Everest es más alto que el K2. La K2 es considerada de las más difíciles y peligrosas de escalar con éxito por la técnica que se requiere para poder escalarlo. Solo unos pocos elegidos son capaces de hacerlo.
Nanga Parbat
También situada en la cordillera de Karakórum y también localizada en Pakistán, esta montaña compuesta principalmente por gneis y granito cuenta con la novena cima más alta del mundo, de 8.215 metros de altura. Como el Annapurna, que no esté entre los cinco picos más altos no significa que no sea de los más difíciles de escalar. Como el Annapurna, y como el K2, muchos de quienes han intentado escalar el Nanga Parbat (el primero lo hizo en 1953) han perecido intentándolo. Es, junto el K2, una de esas cimas que requieren de una exquisita técnica para poder completar la misión con éxito. Como curiosidad, en esta montaña se encuentra la pared más alta del planeta, denominada Cara Rupal y que cuenta con 4.600 metros de altura.
Visto lo visto, es en conclusión imposible negar que para hacer la mochila y dirigirse a la difícil empresa de escalar estos tres picos hay que tener mucha pasión por el alpinismo y poco miedo, muy poco, en el organismo. Quizá, es eso lo que hace de este deporte un deporte tan especial al que cada vez se apunta más y más gente.