Después de tantos y tantos días de confinamiento nos bombardearon con una frase, “nueva normalidad” y realmente ésta no lo ha sido para todos. Se hizo todo lo posible para que la hostelería pudiera abrir y las terrazas se llenaron de gente, ahora poco a poco los cines y teatros están abriendo sus puertas para alegría de todos.
Hemos tenido muchas polémicas con conciertos y mascarillas, por no hablar de las corridas de toros, pero nadie se ha acordado del ocio de la gente, está terminando el verano y un colectivo tan importante como son los feriantes, bandas de música, charangas…, que viven del dinero que ganan en las fiestas de los pueblos, ya no podrán tener ingresos este año y nadie se ha preocupado de como poder realizar dichas actividades con medidas de seguridad, teniendo en cuenta que todas ellas se realizarían al aire libre.
Y ahora hablemos de lo que más nos toca de cerca, los eventos deportivos. Llevamos desde marzo sin carreras y por los políticos de este país como si nunca más vuelven. ¿Tenemos futbol? ¿Tendremos vuelta a España? Ya no necesitamos nada más.
Para que un evento deportivo se pueda celebrar tiene que tener el visto bueno de dos partes. El primero de Sanidad del gobierno de su comunidad (lógicamente igual para todo el país) adaptándose al momento actual (covid19) modificando salidas, entrega de dorsales y limitando el número de corredores por oleadas. Y el segundo, el permiso del ayuntamiento de dicha localidad. En este último podemos tener un aliado o el mayor enemigo.
En un extremo podemos tener localidades como Longas, pequeñito pueblo de las Cinco Villas en Aragón que, con una población de 35 habitantes, organizo una carrera de montaña “No hay pitera” este fin de semana con enorme éxito. Entre los 150 participantes se encontraba Luis Alberto Hernando Campeón de Mundo de carreras por montaña. En este mismo lado podríamos tener al ayuntamiento de Canfranc, que con 532 habitantes censados organizara el próximo fin de semana uno de los eventos más importantes del año en lo que se refiere a las carreras por montaña como es la Canfranc – Canfranc, que contará con cerca de 900 participantes entre sus cinco eventos.
En el extremo contrario tenemos a los ayuntamientos de las principales ciudades, que se han opuesto a la celebración de toda carrera, pese a que éstas poseyesen los correspondientes permisos de sanidad para organizar dichos eventos y los correspondientes permisos previos de dichos ayuntamientos. Esperemos que el paso dado hacia delante del ayuntamiento de Barcelona con la aprobación de la celebración de la Cursa de la Mercé con 3000 participantes en el fin de semana del 19 y 20 de septiembre, sea el detonante para que otros dirigentes apoyen la organización de eventos similares por las principales ciudades de España. Lógicamente ahora mismo es inviable la celebración de macro eventos como pueden ser Behobia San Sebastián o Maratón de Barcelona, pero eventos mucho más pequeños pueden ser piedra de toque para que en un futuro cercano se puedan organizar eventos de 1000, 2000 o 3000 personas con sus salidas escalonadas y su mascarilla en salida y meta.
Como hemos dicho al comienzo de este texto, la nueva normalidad debería ser para todos, el deporte es parte de la solución no del problema (durante el confinamiento hemos visto como la actividad física cobraba importancia para mantenerte sano física y mentalmente), del mismo modo que no entendí que quisieran cerrar los gimnasios de nuevo para finales de julio, no entiendo que no se puedan celebrar eventos deportivos cumpliendo las normativas de sanidad. Haciendo deporte ayudas al sistema inmunitario y tendría que ser prioridad en la actual situación. Y no puedo entender la excusa de la aglomeración cuando se ven terrazas y centros comerciales llenos hasta la bandera y sin distancia de seguridad.
Y más teniendo en cuenta que con los protocolos de salidas por oleadas acordes al nivel de los participantes, con espacios de metro y medio entre corredores en dicha salida, no se formarán grupos de más de 5-10 personas (cumpliendo con los parámetros de número máximo de personas por reunión marcados por el gobierno actualmente). Por cierto, protocolos aprobados por Sanidad.
Porque no nos tenemos que olvidar que detrás de cada evento deportivo existen personas que viven de ello, miles de familias de este país que llevan desde marzo sin facturar un euro, muchas de ellas trabajando igual o más. Medallas, dorsales, arcos hinchables, páginas web, redes sociales, preparación de bolsas, colocación de vallas, speaker, por no hablar de los corredores, que han visto sus ya precarios ingresos reducidos a lo mínimo. Todos/as se merecen que la nueva normalidad también sea para ellos/as.
Por ello, no pido mucho, sólo que políticos y dirigentes se reúnan con las organizaciones locales y les apoyen y ayuden para que poco a poco todo vuelva a la dichosa “nueva normalidad”.
Texto: Miguel Sola Breto