Correr, beber. Correr más, beber más. Correr mucho más, beber mucho más. A grandes rasgos, así se podría resumir lo que es una Beer Mile. Una competición en la que hay que beber una lata de cerveza por cada vuelta que se completa.
Un planteamiento sencillo aunque, según cómo se mire, puede que no muy en consonancia con los valores de nuestro deporte. Porque una cerveza después de entrenar está muy bien, pero lo de hacer una competición a ver quién bebe y corre más rápido, igual no tanto. Entre otras reglas, esta una que dice que el competidor que vomite su cerveza deberá realizar una milla extra como «penitencia».
Las normas son muy sencillas. Un circuito de unos 400 metros de longitud, cuatro vueltas a él y una lata de cerveza al final de cada vuelta. Gana el que antes complete la milla bebiendo cada lata al final de cada vuelta. Y sin vomitar :).