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Hoko Chikara 2. Una reedición muy esperada

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Raro es el corredor que no conozca o tenga  algún producto de la marca Hoko como prenda habitual, solo tenemos que mirar a nuestro alrededor en la línea de salida de carreras de asfalto o montaña para darnos cuenta del alcance de la marca.

La empresa fundada en Mataró hace poco más de 10 años por Joaquín León, ha conseguido consolidarse en el sector de la ropa deportiva, y es fondo de armario para los aficionados a corretear por el monte,  zancar sobre asfalto o pedalear sobre una bicicleta. Hasta tal punto se ha afianzado en el sector, que reputadas marcas miran con atención y sin reparo sus creaciones, e incluso, ha tenido ofertas de compra de la empresa, una idea que Joaquín descarta de forma taxativa, pues no es una cuestión de dinero. Para él, lo esencial son las personas, «su gente», el equipo que día a día trabaja para sacar adelante ese proyecto en el que toda su plantilla cree, con el que se identifican y en el que cada uno en su puesto aporta y da lo mejor. Todos suman.

Hoko dió sus primeros pasos con un presupuesto casi ridículo, prácticamente con el que hoy se podría poner en marcha  una «Start-Up». Su creador,  Joaquín, el Steve Jobs del textil, después de toda una vida entre hilos, patrones, telas y a punto de quedarse sin empleo en la empresa donde trabajaba, fruto de la crisis que azotó al sector en los 90 del siglo pasado,  en una zona de Cataluña donde el textil era el motor principal, tenía la idea y experiencia suficiente para poder iniciar su proyecto, basado en una idea: fabricar la prenda que ÉL como corredor querría  utilizar y el mercado actual en ése momento no le ofrecía. A juicio de Joaquín existía un vacío, y él tuvo el conocimiento y la visión  para ocuparlo.

Curiosamente, Joaquín en aquella época corría con una -ahora- vieja camiseta de polipropileno. Tan fascinado quedó con ese material, que no tuvo duda, que esa sería la materia prima y  eje vertebrador de su  proyecto. Su Piedra Filosofal. Nacía pues, Hoko; «El Camino», en japonés.

A día de hoy,  el catálogo de Hoko resulta extenso en modelos e incluso líneas de producto, de modo que disponemos de textil para la práctica de running, ciclismo, yoga, así como una línea casual.

El modelo que analizaré en este artículo es sin duda alguna, mi preferido. Se trata de una evolución de un producto que utilicé mucho y lamenté que se descatalogase hace unos 2 años; la camiseta para trail running Chikara (cuyo significado en japones, es fuerza o poder).

La Chikara 2 lanzada para finales de 2019 conserva muchos de los rasgos -y sin duda la identidad original- que hicieron de este producto, una prenda muy valorada. Confieso que tengo todavía 2 unidades a estrenar del modelo antiguo guardadas como oro en paño, quizá a la espera del funesto y luctuoso momento en que las mismas camisetas, en idéntico color que utlizo con asiduidad,  no consigan resistir de una forma moderadamente digna y presentable, de modo que  el relevo acabe siendo inevitable.

PATRÓN Y ESTRUCTURA.

Se trata de una camiseta con fit ajustado -no compresivo- de manga corta, con cuello tipo mao con cremallera, detalle que se mantiene, pero siendo ésta algo más corta, también a mi juicio de más calidad, con mayor suavidad y más maleable. Dispone de un tirador generoso sin ser exagerado,  que podremos manipular con guantes. No tendremos absolutamente ninguna molestia ya que tiene sistema anti-rebote, y bloqueo, para que permaneza  justo donde decidamos.

La cremallera resulta del todo útil en ésta prenda, tanto por practicidad, como por estética -muy acorde, tratándose de una prenda para montaña-, va protejida convenientemente en la zona interna para evitar molestias y además en la parte superior tiene un dobladillo para protejernos del carro, cuando la cremallera está completamente subida, si bien es cierto que el cuello cierra demasiado, y es más alto que la versión anterior, llegando a agobiar si cerramos totalmente la cremallera, incluso si el clima es frío, ya que no es cuestión de altura, sino de presión en la zona de nuez. En mi opinión, es un detalle a revisar.

Un aspecto fundamental es la elección de la materia prima (hilo), pues en esta evolución se ha descartado el anterior hilo de Cordura, que en un principio dotaba a la prenda de una mayor resistencia de cara a soportar el roce de mochilas o riñoneras. Para la Chikara 2 se valoró las cualidades que aportaba el poliprolileno de per se, para que fuese una prenda más ligera, suave, y transpirable. La elección, si nos ceñimos a lo que a peso se refiere, ha resultado ventajosa, pues se le han rebajado 20 gramos.

En cuanto a resistencia, obviamente no sale tan bien parada con respecto a su predecesora, pues comparando las 2 generaciones y  llevando la misma mochila, en la Chikara 2, notamos el efecto «peeling» (rotura de fibras) debido a la fricción continuada, mientras que en la Chikara 1, no hay ningún efecto dañino. Resistencia versus ligereza y transpirabilidad.

El patrón se ha reestructurado, en lo que a longitud se refiere, antes excesiva, y ahora si, equilibrada. La manga sigue siendo ranglán, esto es; no va cosida alrededor de la sisa, sino que las costuras salen de la axila hacia el cuello en línea recta en la zona delantera, y atravesando el omóplato en la espalda, quedando el hombro libre de costuras, lo que le confiere mayor comodidad. Las mangas me siguen pareciendo algo largas y un tanto justas, tanto en el contorno de brazo como de hombro,  en comparación con el resto de la prenda que se nos adapta, pero no agobia en absoluto.

PREFERENCIAS DE USO.

Opino que es una prenda cuatro estaciones, si hablamos de zonas determinadas de nuestra geografía, evidentemente. En mi caso, en la costa Barcelonesa, es una prenda que puedo utlizar todo el año, como capa única en verano, o primera capa con manguitos en invierno. La gestión de la humedad es extraordinaria, sobre todo en esta nueva versión que además de ser más ligera, seca más rapido. Comprobado.

A pesar de estar concebida para la práctica de trail running, obviamente podemos extender su uso a varias disciplinas, incluso me atrevo a decir que también para ciclismo, por longitud y ajuste. No obstante, por las cualidades y características intrínsecas del polipropileno, entre ellas, la suavidad, el uso de mochilas puede deterirarla más pronto que tarde, como comenté más arriba.

Este modelo está disponible en los tres colores de la foto que acompaña el artículo, en cuatro tallas (S-M-L-XL), con un precio de venta de 39 euros.

En próximos meses veremos nuevos modelos, algunos realmente innovadores, hasta el punto de contener patentes propias  y maquinaria especialmente diseñada y fabricada para su producción.  Los engranajes internos de los «Reyes del Polipropileno» no se detienen, y estoy seguro que quedaremos gratamente sorprendidos con lo que está por venir.

No puedo  más que alegrarme, por ver una pequeña empresa con identidad, iniciativa e ideas,  capaz de  materializarlas para alumbrar «el camino».

 

 

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